Gastronomía internacional: Mis 15 platos preferidos

Sin lugar a duda, para mí uno de los mayores placeres de esta vida es comer y siempre me encanta probar la gastronomía del lugar al que voy. ¡Eso también es viajar!

Ahí va mi “Top Fifteen” de cosas que me encantaron y que creo que todos deberíais probar.

15. Moussaka – Grecia



Plato nacional griego. Se compone de capas de carne picada de cordero, berenjena y tomate en rodajas, cubierto de bechamel y horneado. La ensalada griega con tomate, pimiento, cebolla, aceitunas negras y queso feta también es todo un clásico. Recomendaría también las hojas de parra rellenas de arroz (aunque a mí personalmente no me gustó). Se trata de una mezcla curiosa de sabores (hojas de parra, arroz, pasas, piñones y menta).

Aquí tienes la receta

14. Wiener Schnitzel – Austria



Nada más llegar a Viena me dijeron que no eres austriaco si no comes un Schnitzel… así que nada más llegar fui a por uno. ¿Qué es? Pues un filete de ternera empanado en un bocadillo. Un poco colesterol en vena nunca viene mal…

13. Koshari – Egipto



Mi último gran descubrimiento. Sólo apto para comilones ya que se trata de un plato contundente compuesto de arroz, lentejas, garbanzos, macarrones, espaguetis, ajo frito y recubierto de tomate casero (y chile si queréis algo de picante). En El Cairo tuve la gran suerte que el guía me llevase a una de las cadenas de Koshari más famosas, el Abou Tarek.

Aquí tienes la receta

Koshari en el Cairo
Koshari en el Cairo

12. Cerveza negra de U Fleku – República Checa



Esta fue una recomendación de Patricia Schulz y su libro “1000 sitios que visitar antes de morir” durante mi visita a Praga, pero la verdad es que no me decepcionó. No soy muy de cervezas pero realmente esta cerveza negra casera me pareció exquisita. Eso sí…¡ojito con el chupito que os sirven después de la cerveza!

Cerveza negra en U Fleku
Cerveza negra en U Fleku

11. Bacalhau com natas – Portugal



Si no sois muy de pescado pero viajáis a Portugal, no podéis no probar el famoso Bacalhau. Perfecto para aquellos que odiáis las espinas, esta receta hace que el fuerte sabor de este pescado se atenúe al cocinarlo al horno con patatas cortadas en rodajas, nata y queso. Mmmmmmmm

Aquí tienes la receta

10. Thali – India



La clave para sobrevivir a la India es siempre decir “Not spicy” (No picante). ¡Un gran consejo! Lo que no es picante para ellos, es extremadamente picante para nosotros así que si no queréis pareceros a un dragón echando llamas por la boca o morir de una úlcera fulminante…¡NOT SPICY!

Los sabores de la comida india evidentemente son muy especiales. Nunca faltan el curry y las especies. Si no queréis meter la pata, pedid un Thali.  Os traerán una bandeja con un montón de pequeñas raciones y podréis probar un poco de todo.

9. Cordero con dátiles – Marruecos



Una mezcla de sabores para atrevidos. Personalmente el contraste de lo dulce con lo salado me encanta. Y si no, un cucús o un tajín son 100% recomendables.

Aquí tienes la receta

8. Desayuno irlandés – Irlanda



Como todo sabréis si vais a Dublín lo más típico es visitar los numerosos pubs de la ciudad porque realmente son una pasada. Dicho esto, sólo hay dos opciones: tomarse una Guinness (exquisita) o un Black Velvet (para la chicas) – es decir, una “clara” de Guiness…¡rebajada con sidra! Así que cuando al día siguiente os levantéis resacosos y os servirán este tipo de desayuno… Todo volverá a tener sentido para vosotros.

Desayuno en Dublín
Desayuno en Dublín

7. KürtöskalácsHungría



Consiste en una pasta hecha a base de levadura fresca, aceite de girasol y agua, envuelta alrededor de un cilindro de madera en forma de rulo. Al final de la cocción a la brasa, se espolvorea con azúcar, canela o coco rollado. ¡¡¡Delicioso!!!

Aquí tienes una receta para prepararlos en el horno

6. Moules-frites – Bélgica



Mucha gente no sabe que el plato nacional belga son las patatas fritas acompañadas por mejillones. Si no os atrevéis con la mezcla, al menos probad las patatas fritas. Parece una tontería pero los belgas, aparte de su exquisito chocolate, poseen la  técnica de la doble fritura. Unas simples patatas fritas en cualquier puesto callejero (hay un montón) os parecerán una obra de maestra.

Moules-frites Chez Leon
Moules-frites Chez Leon



5. Gallettes bretonnes – Francia



A simple vista estos crêpes parecen más oscuros que nuestras “filhoas” gallegas pero lo cierto es que en Bretaña se hacen con una harina oscura llamada de Sarraceno, con un sabor muy auténtico. Lo del relleno lo dejo entre vuestras manos. 😛

Aquí tienes la receta de los crepes bretonas con trigo sarraceno

Crepes bretonas
Crepes bretonas

4. Pizza Marinara – Italia



Tener una guía del 1997 y encontrar en sitio de comida casera para cenar al lado de tu hotel… No tiene precio. La trattoria Angelo (Estación Termini) tiene unos precios irrisorios y es el lugar perfecto para probar la pizza más típica de Roma, la marinara. Contrariamente a lo que podría sugerir su nombre no deja de ser más que un “tentempié”: una masa fina y crujiente con tomate casero, orégano, ajo y un chorrito de aceite de oliva (curiosamente nada de queso en esta pizza).

3. Comida china en Chinatown – Nueva York



Desde luego para los amantes a la buena comida no hay otro lugar como Nueva York. Si queréis probar cualquier comida del mundo, ¡allí la encontraréis! Chinatown, valga la redundancia, es uno de los mejores lugares para degustar comida china; la calidad del pescado y marisco son increíbles.

2. Raclette / Fondue – Suiza



¡Sí! ¡Confieso! Soy una adicta al queso así que la raclette y la fondue no podían faltar en mi lista. Tanto la fondue con su toque de vino blanco y kirsh (licor de cereza) como la raclette (con la patata cocida) me parecen exquisiteces.

Raclette en Zúrich
Raclette en Zúrich

1. Cruasanes, milhojas, éclair, pain au lait, pain aux raisins etc. – Francia



Me encanta todo tipo de comida pero al haberme criado en Francia, la repostería francesa es mi punto débil…. Se trata de una recomendación, nada atrevida y a muy buen precio, para los más golosos. No dejéis de probar estos dulces que no tienen nada que ver con lo que consumimos en España: apenas llevan azúcar y el sabor a mantequilla es el toque de gracia.

Aquí tienes la receta para preparar unos auténticos cruasanes franceses de mantequilla

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