De soltería, soledad y otros temas

Cuando te acercas a los treinta y tantos, estás solteras y te replanteas qué has hecho bien o mal en tus pasadas relaciones ante el ordenador es inevitable… te sientas algo Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, jajaja.
Ahora ya, fuera bromas, hace un par de años atrás me dio por matricularme en Filosofía por la UNED (inquietudes que tiene una) y cuando me encontré con una asignatura llamada “Antropología cultural” me di cuenta de que yo quería ser antropóloga, jejejeje.

¿Y a que viene todo esto? Pues que hoy me he acordado de ese maravilloso capítulo en el que se trataba el tema “Matrimonio” y me tocaba estudiar cómo se lo montaban unas cuantas tribus del mundo entero.
Personalmente me confieso bastante abierta en cuanto a este tema. No soy la típica niña que sueña con vestirse de blanco, me dan bastante igual todas esas cosas. Me parece perfecto que a la gente le ilusione casarse, se arrejunte o simplemente decida no convivir nunca jamás pero lo que está claro es que las relaciones humanas no dejan de ser de lo más curiosas y sobre el tema “Parejas” aún se me ocurren una cuantas anécdotas durante mis viajes.

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Múnich durante la Oktoberfest

Durante mi viaje a Copenhague pude apreciar que el problema no eran los machos ibéricos sino que se trataba de algo cada vez más generalizado por todo el planeta. Apenas llegar mi Couchsurfer, Betina, me llevó a una fiesta de chicas, todas ellas de mi edad, casi todas con formación universitaria, trabajando… y solterísimas. Incluso he llegado a tener largos debates sobre el tema con varias de mis Couchsurfers o amigas viajeras y me atreveré a decir que esta situación se está generalizando desde Canadá hasta Singapur. Las mujeres nos hemos vuelto cada vez más independientes, fuertes, exigentes (e incluso repelentes) y los hombres pasan cada vez más de todo lo que da lugar a que «ser  un(a) single” se haya convertido en una moda casi por obligación.

Sin embargo, siempre está esa pequeña vocecilla diciéndome: “si mis abuelos aguantaron 50 años juntos…”, “si mis padres llevan ya más de 25 años juntos”… La primera reacción ante estas afirmaciones es soltar un “antes se aguantaba” pero me temo que el enunciado correcto sería más bien “ahora ya no se aguanta nada». Nuestra vida es efímera, vivimos en una sociedad de quita y pon, de usar y tirar, todo tiene caducidad, si te aburres, zapeas. Los antiguos valores como la calidad y la durabilidad se han perdido, las relaciones se vuelven algo anticuado.

Frente a todo eso, durante mis estancias en Egipto y en la India vi que en los países supuestamente menos desarrollados sí se conservan dichos valores. Incluso traspasando límites absurdos. Los matrimonios de conveniencia, el desprestigio social y el miedo a la soledad tampoco son la solución, eso está claro. Pero pude notar que muchos de ellos aún siguen soñando con la posibilidad de encontrar el verdadero amor y eso me parece precioso.

Aún recuerdo perfectamente aquella conversación con mi conductor Vikram mientras viajábamos de un pueblo indio a otro:

Vickrm: ¿Qué años tienes?

Sandra: Treinta

V.: Estás casada, ¿NO?

S.: No

V.: Pero… estuviste casada, ¿NO?

S.: … pues no

V.: Pero al menos tendrás hijos, ¿¿¿NO???

S.: Pues no!

(Largo silencio incómodo en el coche)

V.: ¿Pero tus padres no hacen nada al respeto?

S.: Pues en mi país no es habitual. ¿A ti te eligieron una mujer?

V.: Sí

S.: ¿Y la amas?

V.: Claro que sí porque mis padres me conocen y eligieron a la persona que mejor encaja conmigo. Por ese motivo quiero a mi mujer.

S.: (Pokerface)

V.: ¿Y por qué tus amigos no te ayudan a encontrar marido?

S.: … pues es que están igual que yo, jajajaja

No pienso caer en romanticismos cursis ni hacer ningún melodrama de todo esto y aún menos cuando tengo la firme convicción de que prefiero estar mil veces sola que mal acompañada pero, sí, confieso que resulta decepcionante ver que a mi alrededor que la gente no sabe valorar los pequeños detalles y que nuestra sociedad se vuelve cada vez más egoísta. ¿El amor no es acaso el saber compartir?

Aún sonrío cuando encuentro en mi joyero la alianza que me autoregalé para ir a Egipto para que los hombres no me molestasen…

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=1a8cV_2tv94&w=560&h=315]

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11 comentarios

  1. jajaja! A todas nos pasa lo mismo! En el equilibrio está la virtud.

    Yo también he llegado a conclusiones parecidas (en India o Marruecos con 26 ya es viejuna para estar soltera y los pobres se quedan así: o_O) pero la cuestión es efectivamente que en el primer mundo (¿seguimos siéndolo?) estar enamorado parece de loosers.

    Ni tan calvo ni contres pelucas, que diría mi madre. Hay que respetar y hacerse respetar. Lo de antes era más sencillo: las mujeres simplemente -por lo general- vivían en una posición de sumisión, y así es fácil aguantar 100 años. La pregunta es: ¿eran felices?.

    Lo bueno de todo esto es que ahora uno puede casarse, vivir 10 años de felicidad, separarse, vivir la soltería con alegría, arrejuntarse con otra pareja durante X años… y así sucesivamente. Lo importante es ser feliz.

    La respuesta a ¿Y por qué tus amigos no te ayudan a encontrar marido? no es que estén igual que tú. Es que 1) los maridos no son imprescindibles y 2) las parejas no se buscan, aparecen.

    1. Muy buenas aportaciones, María. Te doy la razón en casi todo. Sin embargo, creo que el hecho de que ahora nuestra propia felicidad esté por encima de todo hace que se haya perdido parte del humanismo, de la generosidad, del respeto e incluso de la empatía y compasión por los demás.
      Y sí, las parejas está claro que aparecen, no se buscan. A mí desde luego no me quita en absoluto el sueño. Pienso seguir viviendo así de intensamente sola o acompañada 🙂

  2. Pues me ha gustado…si, estos temas a los que se le puede dar tantas vueltas…No sabría ni por donde empezar a «debatir» contigo. Hay cosas en las que estoy más de acuerdo, en otras en las que menos, y otras en las que nada, ajjajaaja. Por ejemplo en lo de los valores…no creo que eso fuesen valores, el mantenerse casados por las circunstancias, o por presión social, etc etc, y tampoco me parece que sea como dices, que ahora el que para cada uno su felicidad esté por encima de todo sea egoísmo, sino creo que lo contrario es cobardía de no querer enfrentarse a esa situación, porque en la situación en la que quieras hasta el punto que te importe más la felicidad de tu pareja que la tuya, si el sentimiento es reciproco, ¿¿como puedes hacer feliz a alguien si tu no lo eres si sabes que la otra persona no la hace feliz que tu no lo seas??.. jajjajaja, es muy complicado, pero gracias por darme en que pensar, me ha gustado mucho.
    Un besote

    1. Me alegra que te gustara el artículo, jejeje. Como dijo María más arriba, está claro que la virtud está en el equilibrio y sí, estoy totalmente de acuerdo: para poder hacer feliz a alguien, primero debes encontrar tu propia felicidad pero… ¿dónde están los límites? Podríamos estar horas y horas debatiendo del tema por eso me encanta hablaros de todas estas cosas, jijiji 🙂

    2. Gracias, si, yo también estoy de «acuerdo» con María, aunque más que en el equilibrio, en lo de que lo importante es ser feliz, y las comillas vienen a que creo más importante que ser feliz, intentarlo.
      A ver que nos cuentas en tu próximo artículo… 🙂
      Muaks!!

  3. Sabes que pienso y siento igual que tú…aunque…como dice esa frase traicionera «la esperanza es lo último que se pierde»… Yo ya pasé incluso de los 30 (cara de circunstancias)…así que…imagínate si tú piensas eso…lo que pensaré yo, jejejeje…

    Muy bueno el artículo. Eres una crack…

    Tteae..Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaks

  4. Me han encantado tus reflexiones Sandra. Yo tengo mi propia teoría y creo que a veces pasa gente por nuestra vida a la que apenas damos una oportunidad de darse a conocer. Y viceversa. También creo que hasta que no encuentras feliz contigo misma no estás preparada para estar con nadie. En fin. Daría para un tratado, no?

    1. Hola Carmen, Muchísimas gracias por tu comentario. Pues sí, desde luego es un tema muy complejo! Te doy toda la razón: hasta que uno no está al 100% feliz consigo mismo es prácticamente misión imposible poder conocer a nadie. Un abrazo!

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