Mi viaje y recomendaciones para viajar a Salzburgo

Sandra Candal

Tras estar encantada con la ciudad de Múnich, tenía ganas de conocer más sitios de la Baviera.

Sin embargo, Barbara me avisó que el bonito castillo de Neuschwanstein estaba en proceso de restauración y tapado por andamios así que a mi gran pesar tuve que dejar esa visita para otra vez. Sin embargo, me avisó que desde su casa salía un tren directo a Salzsburgo. Viajaría al país vecino, Austria (por segunda vez), pero para conocer esta vez la ciudad natal de Mozart.

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La Fortaleza de Hohensalzburg

Aunque decidí finalmente no entrar en la Fortaleza de Hohensalzburg porque hacía muy mal tiempo, desde la puerta de entrada las vistas a la ciudad son impresionantes.

Así que un poco de ejercicio no viene mal sobre todo por esas panorámicas a todo Salzburgo.

Para llegar hasta ella tendréis que cruzar el cementerio Petersfriedhof que, aunque parezca siniestro, es uno de los cementerios más bonitos que he visto hasta la fecha.

Centro antiguo

El centro de Salzburgo me recordó muchísimo a mi querido Santiago por lo bien cuidado que está y lo fácil que es recorrerlo todo en un día (¡eso sí, con un estilo totalmente diferente!).

Cada edificio es una pequeña joya y todos los negocios han intentado preservar al máximo el patrimonio arquitectónico.

Se han restaurado casi toda la totalidad de los edificios históricos por lo que uno se ve totalmente sumergido en el s. XIX.

Ir a un concierto de música clásica en la ciudad de Mozart

Sí, suena a guiri pero a veces también hay que serlo un poco ¿no creéis?

Si no tenéis la ocasión de asistir al famoso Festival de Salzburgo tampoco tendréis mayor problema para daros el gustazo.

Al tener la prestigiosa escuela de música clásica Mozarteum en la ciudad, suele haber muchos conciertos durante todo el año.

De hecho, Stabri y yo tuvimos el honor de poder asistir a un recital dentro del imponente edificio de la Residenz a un precio muy razonable. 🙂

Castillo Mirabell
Castillo Mirabell

El Palacio de Mirabell

Apartado del Centro antiguo de Salzburgo se encuentra el bonito Palacio de Mirabell.

Por desgracia, por falta de tiempo (preferí asistir al concierto en la Residenz al hacer mal tiempo), ya no entré pero sí visite los bonitos jardines y aquí los tenéis como imprescindibles porque me encantaron.

Tour sobre Mozart

Salzburgo debe su fama mundial a Mozart así que si sois «fans» de este gran genio de la música clásica, no os perdáis su Casa Natal y/o su Residencia.

Yo me quedé con los exquisitos bombones, los Mozartkugel por recomendación de Bárbara, mi Couchsurfer en Múnich. 😛

Mi viaje a Salzburgo: Diarios de viaje



Por desgracia el tiempo no acompañó aquel día pero la ciudad es más pequeña de lo que me imaginaba y es muy fácil recorrerla paseando.

Nada más llegar a la estación de tren fui acercándome a pie al centro histórico, dominado por la fortaleza de Hohensalzburg, paseando todo el lado del río.

Para empezar me fui a comprar los bombones rellenos de pistacho, los Mozartkugel, recomendados por Barbara, en la bonita calle comercial Getreidegasse, que me recordaba por momentos a mi amado Santiago (Y aún más bajo la lluvia).

A continuación, fui a visitar la Torre del Carrillón (Glokenspiel), la plaza de Mozart y la Residencia arzobispal dónde me animaría a comprar una entrada para asistir a un pequeño concierto de música clásica ya que el tiempo no acompañaba demasiado.

Aún así, mientras llegaba la hora, Stabri y yo subimos hasta la fortaleza – pasando por el cementerio de San Pedro – para tomar las mejores instantáneas de toda la ciudad.

Llegó la hora del concierto y fue cuando me di cuenta de que mi alemán estaba bastante más oxidado de lo que pensaba…

Cuando llegué allí me indicaron que no había comprado la entrada para el concierto (para turistas adultos) sino para niños, jajaja.

Aún así muy pronto descubrí que había sido una suerte: los guiris entraban en un triste cuarto blanco y yo tenía entrada libre para acceder a la imponente Residencia arzobispal, a su sala de exposiciones y a sus exquisitas habitaciones barrocas. 

El cuentacuentos en alemán fue un buena clase de repaso para mí, Stabri triunfó entre los niños austriacos pero cuando salió un cuarteto formado por un clavicémbalo de época, una violín barroco, una viola y un flauta travesera como banda sonora, me olvidé por completo de que se trataba de un concierto para niños…

Finalmente antes de dejar la ciudad aproveché para pasar por la casa museo de Mozart y por el palacio de Mirabell y sus preciosos jardines antes de regresar a Múnich en tren (a apenas 1 hora y media de distancia).

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