Mi viaje y recomendaciones para viajar a Zúrich
Tras mi primera incursión a los países escandinavos, me entraron más ganas de frío y nieve.
Encontré una maravillosa oferta a Suiza pero esta vez viajaría acompañada de mi amiga Eva. 😀
Aquí encontrarás también la pequeña lista de mis lugares preferidos de la ciudad.
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Qué ver en Zúrich: Mis Imprescindibles
El Lago de Zúrich y el Jardín de Belvoir
El río de Zúrich, el Limmat, proviene de los glaciares de las montañas que rodean la ciudad y desemboca en este lago.
Estos paisajes transmiten una paz sin igual a pesar de que estemos en plena ciudad.
La mejor forma de disfrutar de ellos es desde el bonito Jardín de Belvoir, de estilo inglés.
La Grossmünster, la Fraumünster y la Iglesia de San Pedro
La Grossmünster es un templo románico (s. XII-XIII) con una gran importancia dentro de la religión protestante ya que dicen que ahí se inició la Reforma.
Se encuentra junto al río al lado de las otras dos iglesias más importantes de la ciudad, Fraumünster y Peterskirche.
Fraumünster es la iglesia de una antigua abadía fundada en el s. X.
Sin embargo, los otros edificios que la rodeaban fueron demolidos y las vidrieras reformadas por Marc Chagall y Augusto Giacometti.
La Iglesia de San Pedro, de estilo románico-tardío y con una nave gótica, fue fundada sobre un antiguo templo romano dedicado a Júpiter.
También se encuentra junto al río y se distingue por su torre de reloj y campanario
La Calle Rennweg
Es una de las calles más antiguas de Múnich y une la estación con el río.
Aún conserva muchísimos edificios medievales lo que le proporciona muchísimo encanto.
El Kronenhalle
Esta cafetería-restaurante, recomendada por la autora de «1000 sitios que ver antes de morir», escondido en un edificio antiguo del centro, resultó ser desde luego un lugar muy auténtico.
Nos tomamos nuestros té y café en una vajilla fina y con cucharillas de plata rodeadas de cuadros de grandes pintores como Braque, Chagall, Miró y Picasso colgando de sus paredes.
¡Cómo para que se te caiga la copa de vino mientras cenas!
Otras excursiones recomendadas a las afueras de Zúrich
Mi viaje a Zúrich: Diarios de viaje
Como se apuntó a última hora, no logramos encontrar billetes de avión para volar juntas así que lo hicimos en paralelo: ella con AirBerlin (con escala en Mallorca) y yo con Iberia (con escala en Madrid) pero no pasaba nada… ¡Nos veríamos en el aeropuerto de Zúrich!
Como los precios en Suiza también resultaban desorbitados y, ya había iniciado a Eva en mis historias de Couchsurfing, decidimos decantarnos por esa opción.
¿Sabes lo que es Couchsurfing? Para saber más sobre cómo ahorrar en alojamiento consulta la sección Consejos para viajar.
Nuestros primeros anfitriones fueron la encantadora pareja formada por Gabriele (italiano) y Ana (sueca), que se habían instalado en Zúrich tras conocerse viajando. Un enorme mural con un mapamundi decoraba una de las paredes de su salón con los viajes hechos y por hacer. Llegamos tarde a su casa así que, enseguida, nos metimos en cama intentando no molestarles demasiado. Además, a la mañana siguiente íbamos a madrugar… ¡Hasta que el despertador decidió no sonar, jajajaja! Cuando Eva y yo nos levantamos sobresaltadas de tanto dormir, nos encontramos a Gabriele partiéndose de risa en el salón. Tras agradecerle un millón de veces el café y un riquísimo trocito de bizcocho al limón, salimos pitando para visitar la ciudad.
Esta pequeña ciudad suiza estaba helada pero no nevada. Empezamos nuestra visita por la Altstadt, el casco histórico, y seguimos nuestro paseo a lo largo del río Limmat (que corta la ciudad en dos). Tras una paraditapara hacernos unos bocadillos en una parada de bus (para no perder el tiempo), decidimos seguir caminando en dirección al Lago de Zúrich. Las vistas al lago con las montañas con nieve a lo lejos parecían sacadas de una postal. El típico paisaje suizo que todos nos imaginamos, jejeje. Lo que más nos sorprendió en nuestra primera incursión a este país tan civilizado fue ver que realmente se respiraba un ambiente muy relajado y pacífico por toda la ciudad. Nos dio un ataque de risa cuando pillamos in fraganti a unos policías, metidos dentro de su furgón, mirando todos para sus móviles con cara de sumo aburrimiento. ¿Qué tipo de infracciones pueden llegar a cometerse en una ciudad que parece tan extremadamente tranquila?
Seguía haciendo frío así que decidimos hacer una paradita para tomar algo caliente en uno de los lugares recomendados por Patricia Schulzt. A ver si de verdad merecía la pena… El Kronenhalle.
Empezó a anochecer y nos dimos cuenta que, a pesar de habernos quedado dormidas, Zúrich no tenía mucho más que ofrecernos. Volvimos paseando por la bonita calle Rennweg con edificios medievales y disfrutando del ambiente de los locales que empezaban a abrir. De camino para casa encontramos curiosamente una tienda de vinos españoles por lo que nos animamos a entrar para hacerles un regalito a Gabriele y Ana que se habían ofrecido a invitarnos a cenar aquella noche. Cuando llegamos con nuestra botella de Rioja, nos dejaron alucinadas con su sorpresa: ¡una Raclette! Eva y yo no dábamos crédito de la increíble generosidad de la pareja. Tras ponernos las botas con una riquísima cena y vino blanco típicamente suizos, seguimos disfrutando de la velada intercambiando impresiones, contando nuestras aventuras e incluso sacando la guitarra y cantando.
Nuestro viaje, desde luego, había empezado muy muy bien. 🙂
Gracias Sandra por acercarme al couchsurfing, y disfrutarlo tanto… Suiza fue un lugar increíble para mi, no se si habría sobrevivido sin tu aleman con aquellos mapas del tren del diablo jaja
Hasta la próxima my friend!!