Visita a Gardens by the Bay

Hoy te hablaré de una de las visitas más “dudosas” de Singapur.

Todo el mundo no se lo piensa cuando se trata de ir al puerto y para ver el famoso Marina Bay.

A la gente incluso le hace “ilusión” pagar y ver su infinity pool con impresionantes vistas a esta Nueva York asiática.

Sin embargo, hay diferencias de opinión cuando se trata de Gardens by the Bay y es que se trata de soltar ni más ni menos que 28 dólares singapureños para entrar (unos 20 euros al cambio)

Qué se puede visitar gratis en Gardens by the Bay



Nada más cruzar el enorme edificio de Marina Bay, de repente, uno tiene la sensación de estar en la película Avatar. ç

Se presentan ante nosotros unos maravillosos jardines que parecen realmente futuristas debido a unos grandes árboles de metal, llamados los Supertree Glove que, de hecho, se iluminan por la noche con la luz solar que se recoge durante el día.

Se puede recorrer gratuitamente una amplia zona de esos jardines llenos de plantas y flores (unas 100 hectáreas), con multitud de lagos para poder incluso acercarse bajo esos particulares árboles.

Hay paneles de información sobre la flora y telescopios para apreciar el jardín en toda su extensión.

¡Personalmente os recomiendo llevaros el mapa porque es tan grande que yo, a posteriori, me di cuenta de que me había perdido un montón de lugares!

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Qué incluye la entrada de Gardens by the Bay



El pago de la entrada permite el acceso a dos recintos que se pueden ver en cualquier orden ya que son independientes.

Por un lado está el gigante invernadero llamado Flower Dome.

Teniendo en cuenta el sofocante calor que hace en todo Singapur (tienen ese clima loco todo el año durante el cuál hace mucho calor, bochorno y de repente llueve a ratos), se agradece nada más entrar el aire acondicionado y la frescura que aportan todas las plantas.

Al estar en las fiestas del Año Nuevo Chino y en el año del mono, había un montón de decoración temática.

Ya dentro del invernadero, tenemos una muestra de infinidad de flores, plantas y árboles de todo el planeta, ordenadas por continentes y por regiones.

Si uno lo piensa bien, es realmente fascinante poder tener una muestra de todo el mundo bajo ese espléndido techo de cristal.

Confieso que adoro las flores así que disfruté de la visita, sobre todo, porque hay realmente ejemplares fascinantes.

El otro recinto lleva el nombre de “Cloud Forest”.

Si el primer recorrido es agradable, este segundo recinto sorprende definitivamente. Se trata de una enorme cascada de 35 metros de alto rodeada de una exuberante vegetación.

Los visitantes van subiendo en su interior y atravesando varias salas de exposiciones que tratan de los diferentes elementos que forman la naturaleza.

Eso sí, no apto para las personas con miedo a las alturas. La sensación de vivir en el futuro te invade de nuevo.

Mediante las plataformas transparentes parece que estás sobrevolando ese mundo de plantas.

Para finalizar el recorrido se proyecta un documental sobre la naturaleza y nuestra responsabilidad con respecto a proteger el planeta.

A continuación en una sala contigua se nos explica cómo todas las instalaciones que forman Gardens by the Bay funcionan de forma ecológica y totalmente eficiente: el agua se saca de la bahía y se recicla para abastecer el recinto de agua de riego, los grandes árboles metálicos recogen toda la energía necesaria para su iluminación por la noche, etc.

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¿Merece la pena pagar para visitar Gardens by the Bay?



Así que volviendo a la pregunta del inicio… ¿Merece la pena pagar ese dinero?

A mí personalmente sí que me lo pareció.

Se tarda dos horas y media en visitar estas dos instalaciones de pago y me vi realmente impresionada por todo aquello tanto por la arquitectura (estéticamente y técnicamente hablando), como por el gran logro científico que supone (recoger una biodiversidad tan enorme supone todo un reto) y finalmente por ser una iniciativa ecológica.

Veinte euros puede parecer caro, pero ese es el precio para visitar una ciudad del futuro y si no, no tenéis más que juzgar por las fotos… 🙂

¿Qué os ha parecido? ¿Os han entrado ganas de visitarlos o no?

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