Primer viaje a Inglaterra

Realicé mi tercer viaje en solitario con el colegio mientras vivía en Francia con apenas 14 años.

Aquí están mis primeros recuerdos de Inglaterra.

Consejos para viajar solo a Londres
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Mi primer viaje a Londres
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Mi segunda experiencia de intercambio para aprender inglés



Apenas acababa de llegar de mi viaje por Italia cuando la profesora de inglés contactó con mi madre.

Había fallado una niña en el grupo de intercambio con Inglaterra y, como era una buena alumna, me ofrecían la posibilidad de ir a esta segunda excursión pagando la mitad del billete… ¡Allá me fui!

No conocía ninguno de los niños con los que iba a viajar pero volvía a irme a la aventura y eso era lo más importante.

Esta vez con la familia no hubo tanta suerte como con la de Irlanda.

Se trataba de un matrimonio con dos hijos. A los padres casi no les recuerdo ya que llegaban agotados de trabajar, nos preparaban el bocadillo para la excursión y poco más.

Sin embargo, el hermano mayor nos tenía aterrorizadas a mis dos compañeras y a mí ya que agredía a su hermana pequeña delante de nosotras. ¡Glups!

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Itinerario por Inglaterra



Pocos recuerdos me quedan ya de aquel viaje: la memoria me empieza a fallar, apenas tengo unas cuántas fotos analógicas y no conservé el itinerario.

Sé que la excursión empezó por Londres con todos sus lugares más emblemáticos: Trafalgar square (alimentando a las palomas), el Tower Bridge, el palacio de Westminster con su famoso Big Ben, los famosos guardias ingleses…

Nos llevaron luego hasta las famosas universidades de Oxford y Cambridge dónde lo que más me llamó la atención fueron esos céspedes perfectamente cortados.

Cuenta la leyenda que Lewis Caroll se inspiró en ellos para escribir Alicia en el País de las maravillas. Años más tarde me parecería volver allí al ver las películas de Harry Potter en Hogwarts, jejeje.

Seguimos nuestro camino hasta Bath para ver las termas romanas.

A pesar de no entender mucho qué era aquello (no me iniciaría en el mundo de los spas y de los balnearios hasta unos quince años más tarde) se trataba de un lugar especial.

Las aguas termales se habían popularizados también en s. XVIII por lo que nos encontrábamos con añadidos arquitectónicos de la época victoriana dentro del conjunto romano original.

También recuerdo la catedral de Salisbury y su enorme aguja de 123 metros. El edificio está rodeado por una enorme explanada y es que nos explicaron que la abadía había sido ampliada sin cesar para evitar su derrumbe por el exceso de peso. LOL

Otra vez se me había metido el gusanillo en el cuerpo. Los contrastes entre dos los últimos países me volvían a dejar abrumada, me daban aún más ganas de descubrir otros lugares…

Está claro que empezar a viajar ya tan joven, forjó mi forma de ser y de pensar.

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