Consejos para subir al Huayna Picchu
Cuando vayas a la mítica ciudad indígena peruana del Machu Picchu, tal vez te antojes de subir al Huayna Picchu, la montaña gigante que se ve al fondo de las fotos.
Pero adivina qué: ¡No podrás! ¿Por qué? Te lo explico en este post.
Y no es que sea físicamente imposible lograrlo.
Lo que pasa es que a veces se nos ocurren viajes de último minuto o, como sucede en mi país (Colombia), dejamos todo para el final.
En este caso, no te lo aconsejo. ¿Por qué? Pues porque para llegar a la cima, necesitas haber reservado en línea con anticipación.
Como en condiciones normales (sin pandemia) hay tantísima gente del mundo entero yendo a Perú solo por ver el Machu Picchu, esos cupos se agotan rapidísimo.
Así que, si después de leer este post, te animas a ver la ciudad antigua desde la inmensidad de esta montaña, te recomiendo que sea lo primero que hagas una vez compres el pasaje.
He escuchado de amigos que, incluso buscando con tres meses de anticipación, no han conseguido apartar la subida al Huayna Picchu. Así que, nuevamente, cuanto antes reserves, mejor.
Al final del post te explicaré cuál es la página oficial para hacerlo, y a qué horas deberías reservar.
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¿Cómo reservar tu entrada al Huayna Picchu?
El sitio oficial para reservar tus entradas a la llamada “montaña joven” o Huayna Picchu es: https://machupicchu.gob.pe.
Sin embargo, este 2020 y por COVID-19, el aforo está reducido a la mitad y la compra de tiquetes online no funciona como antes.
Hay agencias que venden entradas a Machu Picchu y Huayna Picchu conjuntamente, pero desconozco qué tan inflados estén los precios.
En ese caso, te aconsejo que consultes constantemente la página oficial del gobierno peruano para estar al tanto de los últimos acontecimientos respecto a la pandemia y cómo esto repercute en la visita a Macchu Picchu.
Advertencia
Dado que debes reservar con tantísima anticipación, puede que escojas un día en el que el tiempo no sea el mejor para subir a la ciudad sagrada.
Cuando fui, estaba un poco nublado al principio. Luego, mejoró. Es decir, el sol salió hacia el mediodía, pero hay veces en que el Huayna Picchu permanece totalmente tapado por las nubes.
En ese caso, te corresponde evaluar si vale la pena hacer el ascenso, y qué tan seguras están las condiciones cuando no puedes ver bien por dónde pisas o, si llueve (porque te puedes caer fácilmente con el suelo resbaloso).
¿Qué llevar para subir al Huayna Picchu?
- Ropa y zapatos cómodos, que tengan buen agarre
- Suficiente agua
- Bloqueador solar (recuerda que, aunque esté nublado, el sol a esa altura pega fuerte)
- Gorra o sombrero
- Poco peso
¿Qué verás si subes al Huayna Picchu?
En primer lugar, no se trata únicamente de la vista cuando estés arriba, sino de todo el proceso para lograrlo.
Te recomiendo disfrutarlo con calma, y comparando el panorama del comienzo con el del final.
Es un recorrido donde se entremezclan rocas grandes y arena, árboles, y terrazas de vez en cuando.
Alternarás entre una caminata normal y algunos tramos que casi podrían ser escalando. ¡Pero no te preocupes!
A mi parecer, nada que requiera un esfuerzo físico exagerado (si vas poco a poco).
En todo caso, no se trata de una escalada al vacío ni mucho menos, sino de estirar las piernas un poco más de lo normal.
A medida que vas subiendo empezarás a ver las distintas capas de montañas andinas (algunas de ellas, nevadas), escucharás las aves cantando (si subes en la mañana), o admirarás las ruinas en toda su complejidad, teniendo en cuenta el panorama que las rodea.
SPOILER: Una vez allí, te preguntarás una y mil veces cómo hicieron los incas para construir la ciudad en un lugar tan alto. Es decir, llevando rocas tan pesadas a esa altura, por ejemplo. Y entenderás, por supuesto, por qué era considerado un lugar sagrado por esa etnia que habitó buena parte de Sudamérica (recordarás estas palabras cuando estés viendo al horizonte desde el Huayna Picchu).
En el recorrido pasarás además por túneles pequeños entre las rocas… y las escaleras de bajada que dan directamente al abismo, por lo que dan un poco de impresión.
Pero nada que, a mi parecer, represente un riesgo, si vas cerca a la roca, en vez de acercarte al vacío.
Machu Picchu fue construida por los incas, como ya dije. Es decir, por el imperio más grande de América antes de la llegada de los conquistadores.
El imperio inca abarcó parte de Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina.
Mi experiencia recorriendo el Huayna Picchu
Fui de vacaciones a Perú en 2014 con una amiga española, que era mi colega en Colombia.
Ella me advirtió que debíamos reservar la entrada al Huayna Picchu como prioridad.
Le hice caso, y así lo planeamos en aquella época, con dos meses de anticipación.
Cuando finalmente llegó el día, y después de tomar distintos transportes desde Cuzco a Machu Picchu, mi amiga no pudo subir.
Se había torcido un pie días antes del viaje, así que se quedó abajo esperando unas dos horas mientras yo subía, me inspiraba con esa vista increíble, y volvía a bajar.
Sentarme en una roca y ver cómo esas ruinas de la entrada al parque arqueológico se convertían en miniaturas fue una parte importante y diferente de la visita: mientras que Macchu Picchu era arqueología e historia, Huayna Picchu, representaba la abundancia de la naturaleza y las vistas de locura.
La combinación de Huayna Picchu y Machu Picchu, así como el esplendor de otros detalles que cuento en este post, hizo de este día el mejor de mi estancia en Perú.
Pero como siempre aclaro a mis lectores de Vieja que Viaja): yo sólo doy mis impresiones después de probar las experiencias, pero la decisión depende de ti 😉