Guía y consejos para viajar solo a Amán y el Mar Muerto
Cuando inicié a mi viaje a Jordania, no sabía muy bien qué esperarme de su capital en la que vive el 40% del país.
Por Amman pasaron unos cuántos reinos…
Cuando los Amonitas se instalaron allí, llamaron a la ciudad Rabbath Ammon – nombre que acabaría convirtiéndose en Amman.
Fue conquistada por griegos y romanos.
Durante el s. III, el faraón egipcio que la conquistó la rebautizó confiriéndole el nuevo nombre de Filadelfia.
Finalmente, tras esto, la ciudad ya gobernada por los árabes recuperaría su nombre inicial.
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Qué ver en Amán: Mis 5 Imprescindibles
Ciudadela de Amán
Nada más llegar a la Ciudadela tenemos una increíble panorámica sobre toda la ciudad y podemos ver cómo las viviendas se pisan de forma caótica y desordenada (de hecho, sólo se puede acceder a través de escaleras a ciertas casas).
Pero cuando ya nos adentramos hacia estas ruinas, nos encontramos con toda la historia que os resumí en la introducción: un templo romano dedicado a Hércules (además de sus columnas, se ha encontrado una enorme mano de la estatua que representaría al semidios), restos de un palacio Omeya, una cisterna de agua y una iglesia bizantina.
Se recorre el recinto arqueológico en aproximadamente una hora y, a continuación, también podéis visitar el museo arqueológico de Jordania que se encuentra alli mismo.
Aunque es muy chiquito, las obras expuestas son muy interesantes.
El Teatro romano de Amán
Este bonito teatro romano del s. II con un aforo de 6000 personas es una de las joyitas de la capital de Jordania, de la época en la que hacía llamar Filadelfia.
A su lado se encuentra también un pequeño odeón del que se conserva principalmente el exterior (el interior está reconstruido).
Junto a una de las puertas de entrada del teatro se encuentra el interesante Museo de Tradiciones Populares.
Personalmente me encantó ya que recoge mucha información sobre el modo de vida ancestral de los beduinos que aún forman parte de la actual sociedad jordana.
La Mezquita Al-Husseini y el mercado de Downtown
El centro de Amán es caótico y animado.
Su punto neurálgico es la mezquita de Al-Husseini que, aunque de reciente construcción, se ha edificado dónde se encontraban originalmente templos anteriores.
A un paso de ahí podemos encontrarnos un sinfín de bazares y tiendas además de un gran mercado de comida en el que es una delicia perderse.
Mezquita Rey Abdallah I
Se trata de la mezquita más espectacular de la capital y con su cúpula azul se ha convertido en todo un emblema de Amán.
Fue construida en los años 80 y tiene una capacidad para 3000 creyentes.
La Calle Rainbow street
Me veo obligada a incluirla en esta breve lista porque es uno de los lugares recomendados por los guías pero, bien es cierto que, cuando fui hasta esta famosa calle de la que se enorgullecen sus habitantes, ¡me encontré con una zona totalmente occidentalizada con pizzerías, hamburgueserías y cafeterías cuquis como las que podemos encontrarnos ahora mismo en cualquier lugar del mundo!
¡Menuda decepción!
Excursión al Mar Muerto
El Mar Muerto se encuentra a apenas una hora de Amán.
Estaba incluido en el tour que contraté y del que encontraréis aquí más información.
Desgraciadamente esta experiencia no fue lo que me esperaba. Debido a la alta salinidad de este mar (10 veces más que cualquier otro), nos acercaron a un resort de forma que pudiésemos después disfrutar de una buena ducha y de las instalaciones que este nos ofrecían.
Lamentablemente la salina en la que nos metieron no era nada bonita, tenía mucha basura generada por los turistas (y no recogida por los empleados del resort) y por encima, no había ningún barro más que el que vendían a 5 euros en chiringuito a pie de playa…
¡Mi experiencia como podéis leer no fue la mejor así que os recomiendo que miréis bien dónde os llevan!
Consejos útiles para visitar el Mar Muerto
Lleva calzado para entrar en el agua
Lleva calzado para el agua para que la sal no te haga daño a los pies. No lleves chanclas. Puedes pegarte un buen susto ya flotarán muchísimo al entrar en el agua y pueden desequilibrarte.
No nades hacia adelante (sólo de espaldas)
En nuestro resort había un monitor vigilando a todos los turistas para evitar que nadásemos. Puede parecer una tontería pero no lo es. La fuerza que ejerce esta agua salada hace que si intentas nadar, todo tu cuerpo flote tanto que probablemente no puedas luego levantarte. ¡Y puede ser bastante peligroso si te quedas boca abajo! Por lo tanto, cuando vayas a entrar, hazlo con mucho cuidado y déjate flotar de espaldas tranquilamente.
No te toques los ojos (y lleva una botella de agua por si las moscas)
Tras apenas unos minutos empezarás a notar que se te resecan los labios e incluso puede ocurrir que empieces a tener mucha sed por lo que puede ser de gran ayuda tener una botella de agua a mano. Además recuerda no tocarte los ojos ya que el escozor de la sal puede llegar a ser muy doloroso. Si ocurre, ¡aclaráratelos mucha mucha agua dulce!
Cuidado con las heridas y con las depilaciones
La sal hará que veas estrellas si tienes alguna herida o te hayas depilado recientemente. Los picores pueden llegar a convertirse en escozor e incluso alergia. ¡Estáte pendiente!
Excursión a Jerash
Otra de las visitas imprescindibles antes de dejar Amán es desplazarte al recinto arqueológico de Jerash a apenas una hora y media.
Excursión de un día a Madaba y al Monte Nebo
A apenas 40 minutos de Amán se encuentra Madaba una antigua ciudad sagrada para los cristianos.
Merece la pena detenerse en ella al menos medio día para visitar la Iglesia bizantina de San Jorge que conserva, bajo forma de mosaico, el mapa más antiguo de Jerusalén y de la Tierra Santa.
A un paso de allí, desde el mirador del Monte Nebo, podemos ver a lo lejos el río Jordán y la tierra prometida, al igual que lo hizo presuntamente Moisés.
Dónde dormir en Amán
Como os he comentado anteriormente, tenéis que tener en cuenta que en Jordania, las categorías de hoteles son más bajas que en España.
Al viajar sola, me decanté por la más económica que ofrecía el touroperador, un 3 estrellas.
Mi hotel, el Al Fanar, se encontraba a las afueras de la ciudad pero realmente se llegaba fácilmente al centro en taxi (unos 4 euros) al estar en una de las arterias principales de la ciudad.
Se sentía que este hotel había sido bastante bueno en el pasado (las habitaciones y cuartos de baño son amplios) pero hoy en día se ha quedado un poco anticuado.
El trato al cliente y el buffet que ofrecen está correcto pero sin más.