Guía y recomendaciones para viajar solo a París

He nacido y me he criado en París. Viví allí con mi familia hasta los 15 años así que ya os podéis imaginar qué emoción ha sido regresar a mi ciudad natal 28 años después.

Después de 2 semanas (¡Gracias HomeExchange!) en la capital, le he dado muchas vueltas a qué podía yo aportar sobre un destino al que ya se le ha dedicado millones de artículos y sobre el que ya existen cientos de páginas especializadas.

Pues, como de costumbre, aquí te dejo mi visión personal, real, sin pelos en la lengua de París viajando parte del viaje con mi hermana y, otra parte sola.

También trataré de desmontar muchos “mitos” de Instagram con visitas con las que te recomiendo que no pierdas el tiempo.

Como París es enorme, así que iré desglosando los sitios por zonas, barrio a barrio, colocando los lugares más imprescindibles de arriba abajo.

 

Puedes filtrar los lugares que visitar por zonas.

Consejos para viajar solo a París
Consejos para viajar solo a París
Presupuesto para viajar solo a París
Presupuesto para viajar solo a París

La Torre Eiffel y alrededores



La Torre Eiffel

La Torre Eiffel es uno de los monumentos más emblemáticos del mundo y evidentemente tenía que encabezar esta lista.

Diseñada por Gustave Eiffel y construida para la Exposición Universal de 1889, en su época fue todo un símbolo de la ingeniería y el progreso técnico.

Mide 324 metros y cuenta con tres niveles.

Si vas con pocos días a París y en temporada alta, te recomiendo encarecidamente reservar tus entradas con antelación.

Si viajas en temporada baja, como hice yo, es perfectamente posible comprar las entradas allí mismo. Nota: Es necesario pasar por un pequeño control antes de llegar a las taquillas por motivos de seguridad.

Tienes que saber que se puede subir a la primera y segunda planta a pie (por las escaleras, lo que reduce el coste de la entrada) o puedes subir hasta la tercera planta en ascensor.

Eso, personalmente, me parece que las vistas a todo París desde la tercera planta merecen la pena.

Mi recomendación es que reserves a última hora de tarde para ver cómo se van encendiendo las luces de la ciudad y ver la Torre iluminada.

Para tomarte instantáneas tienes varias opciones: puedes caminar por el Champ-de-Mars, un amplio jardín que se extiende a los pies de la Torre, puedes cruzar el Puente d’Iéna y tomarte fotos desde la Plaza de Trocadéro (otro lugar emblemático, con muchos turistas y también con muchos pickpockets así que, ¡No te despistes!).

Sin embargo, otra opción, muy chula es tomártela desde la Rue de l’Université que está en un lateral y donde suele haber menos gente.

Arco de Triunfo

El Arco de Triunfo de París es otro de los monumentos más emblemáticos de París.

Fue construido por orden de Napoleón.

Mide unos 50 metros y se inspira en los arcos romanos antiguos.

Se puede subir a él para disfrutar de vistas panorámicas de París con sus 5 avenidas más importantes que se abren en forma de estrella ante nuestros ojos (Campos Elíseos incluidos) y ver la Torre Eiffel desde él.

Los Campos Elíseos con el Arco de Triunfo al fondo
Los Campos Elíseos con el Arco de Triunfo al fondo

Paseo en barco por el Sena

El Sena es el emblemático río que atraviesa París.

Ha sido testigo de su historia desde la época romana y siempre ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo económico y cultural.

Divide París en dos orillas: la Rive Gauche (orilla izquierda) y la Rive Droite (orilla derecha), zonas que desglosaré para ti más adelante. Ambos lados del río son maravillosos para pasear al ser peatonales.

Muy cerca del Arco de Triunfo se encuentra el Pont del Alma, el embarcadero principal desde el cual suelen salir los cruceros turísticos

Los Bateaux Mouches (Les Vedettes de Paris y Vedettes du Pont Neuf son los nombres de dos de las compañías más populares) es el nombre que tienen esos barcos turísticos que recorren el río Sena.

Ofrecen diversas opciones (horarios, duraciones y tarifas). Los que ofrecen simples paseos rondan los 17 euros por persona, mientras que los que ofrecen cenas gourmet tienen precios que empiezan en los 40 euros.

Por otro lado, si tienes más tiempo para pasear por París, ten en cuenta que la capital cuenta con más de 30 puentes, cada uno con su propia historia y arquitectura.

Entre los más emblemáticos está el Puente Alejandro III (conocido por su elegancia que, conecta Les Invalides con el Grand Palais y el Petit Palais), el Puente de las Artes (que ofrece ofrece vistas impresionantes del Louvre y del Sena, el Puente Bir-Hakeim (con espectaculares vistas de la Torre Eiffel o el Puente Nuevo (el más antiguo de París y une la Île de la Cité con la orilla izquierda).

Campos Elíseos

Los Campos Elíseos son una de las avenidas más famosas y emblemáticas de París.

Va del Arco del Triunfo hasta el Jardín de las Tullerías (unos 2 kilómetros).

Alberga numerosas tiendas de lujo, teatros, cafés y restaurantes.

L’Hôtel Nationale des Invalides

Les Invalides (Los inválidos) es un edificio que fue construido originalmente como hospital y hospicio para veteranos de guerra durante la época Luis XIV, de ahí su nombre.

En el complejo también se alberga la tumba de Napoleón Bonaparte.

Hoy alberga el Museo del Ejército, donde se exhibe una amplia colección de artefactos militares, armaduras y armas históricas.

Musée Rodin

Si eres un amante de la escultura y en especial de Rodin, no puedes perderte este museo que se encuentra en una mansión del siglo XVIII con preciosos jardines, a un paso de los Inválidos.

En él se encuentran muchas de sus esculturas más famosas como «El Pensador» y «El Beso».

En el museo también se exponen algunos cuadros de Van Gogh, pero también las increíbles obras de la alumna y amante de Rodin, Camille Claudel, quien, en mi opinión, le daba mil vueltas a su maestro.

De hecho, se acaba al fin de inaugurar un museo dedicado en exclusiva a ella a hora y veinte de París.

Île de la Cité y Saint Louis



Quién piensa en París, piensa en el río Sena y en sus famosos bâteaux-mouche.

La Île de la Cité fue habitada desde la época gala-romana por lo que tiene una gran importancia histórica al ser el centro de París durante siglos.

En ella encontrarás numerosos monumentos emblemáticos de la capital francesa.

L’île Saint-Louis es la segunda isla natural del Sena en París.

Es un símbolo de la historia medieval y renacentista de París. Hoy posee una preciosa arquitectura del siglo XVII, calles empedradas y edificios históricos muy bien conservados.

Notre Dame

La Catedral de Notre-Dame de París es uno de los monumentos más emblemáticos de París.

Su arquitectura gótica es impresionante.

Fue construida entre los siglos XII y XIV y destacan sus impresionantes vidrieras, rosetones y famosas gárgolas.

Desgraciadamente, el devastador incendio de 2019 ha hecho que haya estado en restauración estos últimos años y se prevé que pueda reabrir a finales de este 2024.

Consulta su web oficial para reservar tu entrada.

Sainte Chapelle

¿No has podido visitar Notre-Dame? No te preocupes porque tengo un súper as bajo la manga para ti.

La Sainte-Chapelle no es tan famosa como Notre Dame, pero es una auténtica joya gótica sobrecogedora.

Esta capilla real fue construida en el siglo XIII y a pesar de su pequeño tamaño, sus 1113 vidrieras ofrecen un efecto de luz es-pec-ta-cu-lar.

La entrada cuesta unos 12 euros.

La Conciergerie

Originalmente, la Conciergerie formaba parte del Palacio de la Cité y luego se convirtió en una prisión durante la Revolución Francesa.

Era «la antesala de la guillotina» para muchos prisioneros, incluyendo María Antonieta.

Hoy, en este museo, podrás explorar antiguas celdas.

Forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO que incluye la Île de la Cité.

Rive Gauche



La “Rive Gauche» se refiere a la orilla izquierda del río Sena.

En esa zona se encuentra el Barrio Latino y la Universidad de la Sorbona.

Históricamente era el epicentro de la bohemia parisina con cafés literarios, librerías y galerías de arte, pero hoy te encontrarás con otra de las zonas más turísticas de París, pero si estás dispuesto a callejear, aún te encontrarás algunos rincones con encanto.

Barrio Latino

El Quartier Latin en francés fue nombrado así en la Edad Media por albergar la famosa Universidad de la Sorbona.

El barrio sigue conservando algo de su encantador ambiente estudiante.

La Sorbona

Fundada en 1257, la Sorbona una de las universidades más antiguas de Europa.

Sólo podrás observar su imponente arquitectura desde fuera ya que el acceso a su interior está controlado para evitar que los turistas molesten a los estudiantes.

Rue Mouffetard

La Rue Mouffetard es una de las calles más antiguas de París (su historia se remonta a la época romana) y es una zona con encanto genial para tomar algo o comer.

Además de martes a domingo, de las 8 a 13, hay mercado en el que podrás encontrar productos frescos.

Rue Mouffetard
Rue Mouffetard

El Panthéon

Es otro de los monumentos más emblemáticos del Barrio Latino de París.

Esta antigua iglesia es el mausoleo de grandes figuras de historia francesa, como Voltaire, Rousseau, Victor Hugo y Marie Curie.

Se puede visitar su interior del Panthéon. La entrada que cuesta unos 17 euros permite visitar la nave, la cripta y también subir a su cúpula.

Musée National du Moyen Âge

Este museo también conocido como Musée de Cluny destaca por obras maestras de la Edad Media como «La Dame à la Licorne».

Un imprescindible para Patricia Schultz y para cualquier amante de la época medieval.

Jardin de Luxembourg

¡Empezamos con las cosas que te recomiendan en Instagram y que puedes perfectamente saltarte si es la primera vez que vas a París!

Personalmente, volví al Jardín de Luxemburgo porque era un lugar al que solía ir a pasear los domingos cuando vivía en París con mi familia y me hacía ilusión volver a visitarlo.

Sin embargo, aunque es un parque muy emblemático de la ciudad, excepto que haga buen tiempo y quieras hacer un picnic, es otro de los millones de rincones con encanto de París, pero nada más.

Jardines de Luxemburgo en París
Jardines de Luxemburgo en París

Jardin des Plantes

Este jardín es otro parque icónico de París y destaca por tener un amplio jardín botánico, un pequeño zoo y porque allí se encuentra el Museo de Historia Natural de París.

¿Es un lugar bonito? Sí.

¿Es un lugar imprescindible? Si es tu primera vez en París, también te lo puedes saltar.

Saint-Germain des Prés

¡Cuánto daño ha hecho Emily in Paris!

Sí, Saint-Germain des Prés es otro barrio histórico de París y también uno de los más caros.

Allí vivían Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir y adoraban reunirse con sus amigos intelectuales, políticos y artistas en cafés como Les Deux Magots y Café de Flore.

Si bien es cierto que el interior de estos cafés merece la pena por ser art déco, si vas hasta allí te encontrarás con estos cafés llenos de turistas pagando un dineral por sacarse una foto en sus terrazas con los típicos sillones de cuero rojo y mesas de mármol.

Muy cerca también se encuentra La Brasserie Lipp dónde todos se reunían a comer, que ofrece cocina tradicional francesa. Los platos no tienen mala pinta, pero os aseguro que se puede comer igual de bien y mucho más barato en muchos otros lugares de la capital.

Rive Droite



La Rive Droite se sitúa al norte del río Sena.

Le Marais

Le Marais es un barrio lleno de vida, multicultural y con muchos rincones con encanto como la Place des Vosges.

La Place des Vosges es la plaza más antigua de París. Bajo los soportales de sus elegantes edificios renacentistas de ladrillo rojo, se encuentran galerías de arte, boutiques y cafés.

Allí también encontrarás la Casa de Victor Hugo (lugar en el que el escritor vivió entre 1832 y 1848). Alberga una colección de objetos personales, pinturas, dibujos y manuscritos del autor de «Los Miserables» y «El Jorobado de Notre-Dame».

Centre Georges Pompidou

También conocido como el Centro Pompidou, este llamativo centro cultural por su arquitectura inaugurado en 1977 posee una impresionante colección de arte moderno y contemporáneo con obras de artistas como Picasso, Kandinsky, y Miró

Coge sus escaleras mecánicas abiertas al exterior hasta su terraza panorámica donde tendrás preciosas vistas a París y a la Torre Eiffel.

La entrada cuesta unos 15 euros.

Marché Couvert des Enfants Rouges

Este mercado cubierto, el más antiguo de la capital, es un lugar estupendo en el que comer en Le Marais a buen precio.

Tiene puestos de productos frescos, pero también con muchos pequeños restaurantes informales con gastronomía de todas partes del mundo.

Iglesia de San Eustaquio

Esta iglesia se encuentra en el barrio de Les Halles y su arquitectura que mezcla el estilo gótico y renacentista hace que sea una obra única.

En su alberga unas impresionantes vidrieras y uno de los órganos más grandes de Francia.

Iglesia de San Eustaquio en París
Iglesia de San Eustaquio en París

Museo Picasso

Aunque en esta ocasión no tuve tiempo de visitarlo, esta es otra de las recomendaciones de Patricia Schultz.

Este museo que se encuentra en Le Marais fue creado en 1985 contiene más de 5000 obras de Picasso de todas las etapas de su carrera.

Ayuntamiento de París

El Ayuntamiento de París (Hôtel de Ville) es uno de los edificios más emblemáticos y antiguos de París.

Con arquitectura renacentista, fue reconstruido en el siglo XIX después de un incendio.

Ofrece durante todo el año exposiciones en su interiores, algunas de ellas gratuitas.

Ayuntamiento de París (Hôtel de Ville)
Ayuntamiento de París (Hôtel de Ville)

Place de la Bastille

La Plaza de la Bastilla es un importante símbolo histórico y cultural en París ya que es donde se encontraba la famosa prisión asaltada al inicio de la Revolución Francesa.

Hoy en día, la plaza tiene una columna monumental en su centro, en el suelo, podemos encontrar los adoquines que nos indican por dónde estaba la Bastilla y está rodeada teatros, y bonitos cafés.

Plaza de la Bastilla
Plaza de la Bastilla

59 Rivoli

¿Dispones de poco tiempo en París? Entonces, también puedes saltarte este edificio que se ha convertido en el último reclamo en Instagram.

Esta galería de arte contemporáneo se encuentra en uno de los barrios más caros de París y se encuentra en un edificio (el n.º 59 de la Rue Rivoli) que fue ocupado por artistas en la década de 1990.

Hoy su actividad ha sido regularizada y se ha convertido en un centro artístico alternativo, abierto al público de forma gratuita.

Sí, es un lugar curioso, pero no imprescindible por mucho que sea gratis…

Rue Crémieux

¡Una recomendación bastante absurda de Instagram!

Se trata de una sencilla peatonal que tiene bonitas casas de colores pastel que resultan muy fotogénicas, pero que podrías perfectamente encontrar en cualquier otra parte del mundo.

Musée de Carnavalet

¡Otra recomendación de Instagram que se ha puesto de moda y que no entiendo!

París tiene millones de museos impresionantes que son de pago, pero que te aseguro que valen cada euro que pagarás, ya que posee obras maestras a nivel mundial.

Sí, el Museo de Carnavalet es gratuito e interesante, pero, excepto que dispongas de mucho tiempo para estar en París, es un museo del que puedes prescindir.

Dentro de este precioso palacete, encontrarás objetos variopintos que ilustran la historia de París y su evolución a lo largo de los siglos.

Archives Nationales

¡Otra recomendación aún más absurda que el Museo de Carnavale!

Sí, puedes acceder gratuitamente a los Archivos Nacionales de Francia (depósito principal de documentos históricos y administrativos del país).

Sí, los Hôtel de Soubise y de Rohan son bonitos y su interior podremos encontrar todo tipo de exposiciones gratuitas, pero, no, no merece la pena que pierdas tiempo allí si es la primera vez que vas a París.

La Biblioteca Nacional de Francia

No tuve tiempo de visitar otro de los grandes reclamos de Instagram.

Esta biblioteca, una de más importantes del mundo, tiene una sede histórica (la sede Richelieu) que se encuentra en un impresionante edificio con vidrieras.

Desde luego, en las fotos que he visto parece impresionante, pero no puedo confirmarlo ni desmentirlo.

Montmartre



Montmartre es, sin lugar a duda, uno de los barrios más emblemáticos y pintorescos de París con el que sueña cualquier persona que quiere viajar a París.

Durante finales del siglo XIX y principios del XX, fue el hogar de muchos artistas famosos como Picasso, Van Gogh, y Toulouse-Lautrec.

Montmartre mantiene su aire de pueblo dentro de la gran ciudad, sus calles empedradas, sus cafés… Pero, ¡Adiós a su ambiente bohemio y artístico!

 Hoy a cualquier día a cualquier hora, es un barrio plagado de turistas y tiendas de souvenirs.

Aquí va mi ranking de lugares que no puedes perderte en el barrio de Montmartre y alrededores.

Basílica de Sacré Cœur

La Basílica del Sagrado Corazón es una iglesia icónica en la cima de la colina más alta de París. Las vistas panorámicas gratis desde allí hace que sea todo un reclamo para los turistas.

Sin embargo, no dejes de entrar en la basílica de estilo románico-bizantino (entrada gratuita). Alucinarás con su impresionante cúpula central, mosaicos y vidrieras.

Nota: Como este mirador es muy popular, mantente vigilante porque suele haber bastantes carteristas por esa zona.

Opéra Garnier

También conocida como el Palais Garnier, la Ópera de París es un lugar que no te dejará indiferente por su grandiosidad.

El edificio combina elementos barrocos, clasicistas y renacimientas, y en su interior, destacan la gran escalera de mármol de la entrada, su suntuoso vestíbulo y, cómo no, el auditorio para unas 2000 personas con un llamativo techo, pintado por Chagall.

Es y ha sido desde el Segundo Imperio escenario de numerosas óperas, ballets y conciertos y se volvió aún más famosa al inspirar la novela «El fantasma de la ópera».

Las entradas cuestan unos 15 euros y la visita te llevará aproximadamente una hora.

Printemps y Galleries Lafayette

Printemps y Galeries Lafayette son dos grandes almacenes muy reconocidos en Francia.

Muy cerca de la Ópera, en el Boulevard Haussman, te encontrarás sus edificios más emblemáticos construidos a finales del siglo XIX. En su interior, destaca sobre todo la impresionante cúpula de colores de Galeries Lafayette.

Puedes entrar en ellos para comprar unos souvenirs y/o dirigirte a sus últimas plantas y disfrutar de las vistas a París y a la Torre Eiffel desde sus azoteas de forma totalmente gratuita (a pesar de estar cerca, tienen vistas diferentes).

El Moulin Rouge

Es uno de los cabarets más famosos del mundo, conocido por sus espectáculos de can-can y el emblemático molino rojo en su fachada.

Hoy para acceder a estos espectáculos (que suelen ser acompañados de cenas gourmet), los precios van de los 225 a los 450 euros.

Nota: En esa zona de París, antiguamente había muchos más molinos. Además del Moulin Rouge, también se mantienen en pie el Moulin de la Galette (restaurante).

El Muro de los “Je t’aime”

En pleno Montmartre, encontrarás la Place des Abbesses con El Muro de los “Je t’aime”, un monumento dedicado al amor con baldosas con “Te amo” en 250 idiomas diferentes.

Está plagado de turistas y sinceramente, no es nada de otro mundo como para perder el tiempo haciendo cola para sacarte la foto allí.

Au Lapin Agile

Es el cabaret más antiguo de la ciudad, que fue un ícono y un lugar de encuentro para artistas y escritores desde finales del siglo XIX.

Hoy es obligatorio reservar para poder entrar en el local que sólo abre de noche (unos 40 euros por persona para acceder a un espectáculo con una bebida).

Au Lapin Agile en Montmartre
Au Lapin Agile en Montmartre

La Maison Rose

Es un restaurante que también fue un punto de referencia de Montmartre ya que era frecuentado por artistas y escritores famosos.

Hoy ofrecen brunch y menús del día a partir de 35 euros y también es obligatorio reservar.

El Café des Deux Moulins

¿Quién no recuerda el famoso café de la película «Amélie”?

Hoy te encontrarás con la típica brasserie parisina, pero es muy diferente a lo que puedes ver en el famoso film.

Le Musée de la Vie Romantique

Otro “imprescindible” de Instagram que, para mí, no merece la pena.

Sí, es cierto que este pequeño museo es gratuito y que el hotel particular con un pequeño jardín del siglo XIX en el que hay un salón de té es muy bonito, pero no merece la pena perder tiempo allí cuando tienes muchísimas más cosas que descubrir en París.

Église de la Madeleine

Esta curiosa iglesia entre la Place de la Concorde y la Ópera Garnier se inspira en los templos griegos clásicos.

Dedicado a la gloria de Luis XV, luego se convirtió en un templo de la razón durante la Revolución Francesa hasta convertirse en una iglesia dedicada a Santa María Magdalena.

Iglesia de la Madeleine
Iglesia de la Madeleine

Los Museos de París



He dejado los museos de París aparte, teniendo en cuenta de que necesitarás varias horas para visitar estos lugares que son de los más importantes del mundo.

Le Louvre

¿Quién no ha oído hablar del Louvre?

El Louvre es el museo más visitado del mundo, así que reserva tu entrada y mentalízate para hacer cola (aunque tengas entrada, también las colas con entrada son largas. Cuenta con al menos 1 hora de espera). La entrada cuesta en la actualidad unos 22 euros.

El Louvre originalmente fue construido como palacio real. En 1793 fue cuando se transformó en museo y en 1989 se convirtió en un lugar aún más emblemático con la construcción de sus pirámides de cristal.

En él encontrarás obras como la famosa Mona Lisa de Leonardo da Vinci (que a pesar de tener una sala únicamente para ella siempre hay colas), la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia, antigüedades orientales, egipcias y algunos de ellos cuadros más famosos del planeta.

El Louvre no se puede visitar en una única vez ya que posee unas 450 000 obras en sus 210 00 m2 de galerías. Aún dirigiéndote únicamente a sus obras maestras, te llevará al menos 3 horas visitarlo (¡si no te mareas antes de tanto arte!).

Musée d’Orsay

El Musée d’Orsay es otro de los museos más top de París, sobre todo si eres fan del impresionismo.

Este museo exhibe esculturas, fotografías, artes decorativas y muebles de la Belle Époque y pinturas de Van Gogh, Monet, Renoir, Degas y un largo etcétera.

El edificio es además impresionante ya que antiguamente fue una antigua estación de tren.

La entrada cuesta unos 16 euros, pero hay un ticket combinado por unos 20 euros que te permite entrar en el Museo d’Orsay y en el Musée de l’Orangerie.

Musée de l’Orangerie

Muy cerca del Louvre, pasando los Jardines de las Tullerías se encuentra el Museo de l’Orangerie donde destaca su enorme sala ovalada con las pinturas de los Nenúfares de Claude Monet.

Sus salas también incluyen obras de Picasso, Cézanne, Renoir, Modigliani, entre muchos otros.

La entrada cuesta actualmente unos 13 euros, pero hay un ticket combinado por unos 20 euros que te permite también entrar al Museo d’Orsay.

Plaza de la Concorde

La Plaza de la Concordia es todo un emblema histórico para París: originalmente llamada Plaza de Luis XV, durante la Revolución Francesa, fue renombrada como Plaza de la Revolución y allí fueron guillotinado Luis XVI y María Antonieta, por lo que más tarde, como gesto de reconciliación nacional, fue rebautizada como Plaza de la Concordia.

La plaza destaca por sus dos fuentes monumentales y el Obelisco de Luxor, un regalo de Egipto a Francia.

Une la Avenida de los Campos Elíseos con el Jardín de las Tullerías.

Place Vendôme

La Place Vendôme es otra de las plazas más emblemáticas de París.

Posee una forma octogonal y en su centro se encuentra la Columna Vendôme, erigida para conmemorar las victorias militares de Napoleón.

Es una de las plazas más chics de la ciudad al estar rodeada por hoteles de lujo, joyerías y boutiques de alta costura.

Petit Palais

Otra recomendación de Instagram… ¡Básicamente porque la entrada es gratuita y porque tiene una cafetería que da hacia un hermoso jardín muy fotogénico!

No voy a decir que este magnífico edificio de la Belle Epoque no merece la pena ya, este museo también conocido como el Museo de las Bellas Artes de París, posee una interesante colección de arte.

Sin embargo, cualquiera de los museos anteriormente citados le da mil vueltas a este museo.

Jardins des Tuileries

Los Jardins des Tuileries (Jardines de las Tullerías) son un parque emblemático básicamente porque une el Museo del Louvre y la Plaza de la Concordia.

Este jardín público histórico fue diseñado por la reina Catalina de Médici y se caracteriza por sus amplias avenidas, estanques y estatuas.

Es un lugar tranquilo donde relajarse después de haber visto tanto arte, pero sin más.

Otras atracciones más alejadas del centro de París



A continuación, encontrarás más recomendaciones interesantes, pero que se encuentran un poco más apartadas de los demás monumentos.

Montparnasse

El barrio Montparnasse es otro lugar interesante por dos motivos: en este barrio encontrarás la Torre de Montparnasse, el segundo edificio más alto de París después de la Torre Eiffel.

Ofrece unas vistas panorámicas espectaculares a la ciudad, a Sacré-Coeur y a la Torre Eiffel.

Otro de los motivos por los que puede interesante desplazarte hasta Montparnasse es su enorme cementerio de 19 hectáreas.

Aunque el cementerio Père Lachaise se lleva toda la fama, en este campo santo encontrarás las tumbas de Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Julio Cortázar o Serge Gainsbourg entre muchos otros.

Cementerio Père-Lachaise

El Cementerio Père-Lachaise es el cementerio más grande y famoso de París y está ubicado en el Distrito XX, por lo que está bastante alejado de todas las demás atracciones turísticas de París.

Sin embargo, si dispones de tiempo, es una visita muy recomendable porque realmente es un lugar de un cementerio antiguo precioso.

Allí descansan Oscar Wilde, Edith Piaf, Jim Morrison, Frédéric Chopin y Marcel Proust, entre muchos otros.

Por suerte, muchas de las tumbas están indicadas en Google Maps. ¡Verás que es fácil perderse en un cementerio tan enorme! También existen visitas guiadas.

El Mercado de las Pulgas

El “Marché aux Puces de Saint-Ouen” es el mercadillo más grande de París. La estación de metro más cercana es Porte de Clignancourt (Muy alejado también del resto de las atracciones turísticas).

En la actualidad, muchos de los puestos son de ropa de imitación, pero si te diriges hacia la zona del Mercado de Vernaison, ahí encontrarás muchas pequeñas tiendas de antigüedades, muebles, arte y ropa vintage donde puedes encontrar auténticos tesoros.

Canal Saint-Martin

El Canal Saint-Martin mide unos 5 kilómetros y se construyó bajo el mandato de Napoleón Bonaparte para abastecer de agua potable a la capital y facilitar el transporte de mercancías.

Si eres fan de Amélie, reconocerás otro de los famosos escenarios de la peli.

Las orillas del canal están rodeados de árboles, pasarelas y parques lo que hace que la zona sea perfecta para pasear y relajarse.

Si tienes tiempo y quieres descubrir otra faceta de París que no tiene nada que ver con los típicos monumentos de la ciudad, te recomiendo los cruceros turísticos que recorren el canal hasta el Parc de la Villette, la ciudad de la ciencias de París.

Nota: No muy lejos del canal, se encuentra la sala Bataclán, la emblemática sala de concierto de París que fue escenarios de un horrible atentado terrorista el pasado 2015. Reconocerás el edificio por su fachada con un llamativo estilo chino.

Canal Saint-Martin
Canal Saint-Martin

Parc des Buttes-Chaumont

El Parc des Buttes-Chaumont es otra de esas recomendaciones que se encuentra cada vez más en Instagram.

No cabe duda de que este parque de 25 hectáreas con vistas panorámicas a París es bonito, pero también tienes que tener en cuenta que está alejado de todas las demás atracciones turísticas de la ciudad.

Excursiones de un día desde París



El Castillo de Versalles

El «Château de Versailles» es uno de los monumentos más ilustres del patrimonio mundial, famoso por su arquitectura, sus jardines y su importancia histórica.

Originalmente, fue un pabellón de caza para Luis XIII en 1623, pero su hijo, Luis XIV (el rey sol) es quien transformó el pabellón en uno de los palacios más grandes y opulentos del mundo y trasladó allí la corte.

El palacio se convirtió en el centro del poder político hasta la Revolución Francesa en 1789.

En este famoso palacio de arquitectura barroca destacan la Sala de los Espejos, un suntuoso salón con espejos y candelabros, y sus jardines con fuentes, parterres y esculturas que se extienden por más de 800 hectáreas.

Para llegar al Castillo puedes tomar un Tren RER (C) o SCNF. Llegarás en unos 30-40 minutos hasta allí.

En la actualidad, la entrada cuesta unos 30 euros y aunque el Palacio se puede visitar en una hora-hora y media, te llevará luego otro tanto recorrer sus jardines.

Catedral de Chartres

Si te animas a viajar más por Francia, a una hora y media de París, no te pierdas la Catedral de Chartres, patrimonio de la Humanidad.

Esta catedral gótica posee las vidrieras medievales mejores conservadas del mundo.

En el suelo de la nave central se encuentra un laberinto de piedra, utilizado antiguamente por los peregrinos como una forma de penitencia y meditación.

Es uno de los pocos laberintos medievales de tipo que se conservan en su forma original.

La Casa de Monet (Giverny)

A dos horas en coche de París, otro lugar que no te defraudará es el encantador pueblecito de Giverny.

En él encontrarás la Fundación Monet, que fue la casa y los jardines del famoso pintor.

Abre únicamente de abril a noviembre para que puedas disfrutar de la naturaleza tal y como la vivió el pintor impresionista.

París, mi ciudad natal (1980-1995)



Haciendo memoria me he dado cuenta de que mi primer viaje lo hice cuando sólo tenía tres meses así que como os podéis imaginar no me acuerdo de mucho, jajaja. Aún así quería dedicarle un post a esos primeros viajes entrañables…

Soy hija de emigrantes y estuve hasta los 15 años viviendo en París así que mis primeros viajes eran visitar durante el mes de Agosto a nuestra familia que estaba en España: 15 días en Sepulcro-Hilario (diminuto pueblo con encanto en la provincia de Salamanca) y 15 días en A Coruña. Mientras mi hermana y yo fuimos pequeñas, la familia se podía pagar el “lujo” de ir en avión. Aún guardamos algunos recuerdos de esos primeros vuelos y de esas maravillosas esperas en el aeropuerto, jajaja.

Muy pronto, al tener que pagar por cuatro pasajeros en vez de dos, tuvimos que empezar a viajar en tren ya que el precio para toda la familia era desorbitado. Empezaron entonces los viajes de 24 horas en tren. El primer tramo, durante la noche, lo hacíamos en trenes-litera de París a Irún. Aquellos trenes eran relativamente confortables. Siendo una niña recuerdo lo divertido que era dormir en literas… ¡y aún más si era en un tren! Los compartimentos eran de seis camas por lo que siempre resultaba emocionante ver con quién nos tocaría viajar (eso sí, rezando para que los intrusos no roncaran demasiado). Aún recordamos después de los años a un chico adolescente que se empeñó en dormir en la litera superior y que en medio del bailoteo nocturno cayó. Resultó fascinante ver que a pesar del golpe sólo se quejase en sueños y siguiese durmiendo en el suelo, jeje.

Llegada la mañana, tocaba cambiar de tren. Recuerdo aún aquellos señores “maleteros”, unos hombres enormes a los que uno le daba una propinilla a cambio de que llevasen las maletas de un andén a otro en sus enormes carretillas. Nada más cruzar la frontera, nos encontrábamos con trenes muy diferentes, muy“retro” (ochenteros) dónde un bullicio de españoles y portugueses (y sus miles de bultos) se peleaban por un asiento. Mis padres cuentan que durante mi primerísimo viaje por falta de enchufes en los trenes españoles, mi padre se jugaba el tipo bajando del tren para buscar un lugar dónde poder calentar mi biberón mientras mi madre – de los nervios – intentaba consolar al bebé (ya que no había paradas en todas las estaciones) y rezaba por que el tren no arrancase sin su marido. Unos años más tarde por fin aparecieron los enchufes y añadieron unos fantásticos vagones-restaurante. Aún así, en otro de los viajes casi volvemos a “perder” a mi padre: había ido a por unos refrescos pero no teníamos ni idea de que el vagón restaurante se desenganchaba en algún pueblo perdido y no continuaba con el tren hasta el final del trayecto… Poco a poco los trenes españoles empezaron a mejorar muchísimo, los viajes empezaron a hacerse más llevaderos: apareció el Talgo. Al cruzar la frontera, el calor era apabullante. Recuerdo quedarme horas hipnotizada ante las enormes planicies secas de Castilla. Nuestro mayor entretenimiento era observar los pájaros sobre los tendidos de cable eléctricos. Era fácil darnos cuenta de que nos aproximábamos a Galicia: el paisaje empezaba a cambiar radicalmente hacia los verdes.

Hoy en día los viajes en tren no han dejado de perder ese romanticismo para mí. La única diferencia es que ahora siempre lo acompaño de música. Sin embargo, esa sensación de tránsito continuo, de viaje a ninguna parte, sigue encantándome y me tiene enganchada…

Mi reencuentro con París (2008)



Mientras planeaba mi viaje a Londres de casualidad encontré unas ofertas del Eurostar, el tren que recorre el Eurotunel,  y finalmente decidimos pasar el fin de semana en París. Recomiendo al 100% la experiencia porque realmente es increíble. El tren es rápido, cómodo y sólo tarda 2h20 (40 min dentro del túnel).

París es, sin lugar a duda, uno de los lugares más especiales de este planeta pero además es parte de mí ya que fue mi hogar durante bastante tiempo. Como ya habéis podido leer más arriba, soy hija de emigrantes españoles en París. Nací y me crié allí. Mi familia y yo nos instalamos en Galicia cuando tenía 15 años. Probablemente no tengo tantos recuerdos glamurosos como la mayoría de la gente que visita la ciudad ya que el día a día en una gran capital siempre resulta más duro. Recuerdo andar por la calle con miedo, desconfiando de todo el mundo, el bullicioso tráfico… un entorno abrumador cuando eres niño. Mis primeros años los pasé en el 8eme arrondissement, en uno de los barrios más pijos de París. Recuerdo mis primeros años muy felices ya que me pasaba la vida en el Parque Monceau. 🙂

Mi familia luego se mudó durante dos años al 14eme arrondissement, cerquita de la famosa torre Montparnasse. Finalmente, durante los 4 últimos años vivimos en el 13eme arrondissement, cerca al barrio chino, de la gare d’AusterlitzParís, para mí, no sólo es romanticismo y glamour sino también un crisol de culturas (aún recuerdo ir al colegio con niños de todos los colores, razas y religiones), de gente trabajadora que como en toda gran ciudad pelea día a día por sobrevivir, buscando de una vida mejor, triunfar quizás…

El viaje que realicé en el 2008 resultó muy emotivo para mí porque no había vuelto hasta entonces al lugar en el que me había criado. Sentía una enorme curiosidad por lo que sentiría al encontrarme de nuevo con mi pasado.

Aparte de volver a visitar todos los lugares de mi infancia, me convertí en una turista más y entonces, sí, yo también me enamoré de París. Porque se trata de una ciudad con una luz sin igual. Porque pasear a lo largo del Sena e incluso pasear en sus bateaux-mouche es mágico (y aún más de noche). Porque la grandeza de la Place de l’Étoile, el lujo de los Campos Eliseos, de la Place Vendôme con el Ritz y la Place de la Concorde son deslumbrantes. Porque las vistas de toda la ciudad desde Sacré-Coeur, en Montmartre, son maravillosamente románticas. Porque si te estuvieses 1 segundo delante de cada una de las obras del museo del Louvre estarías allí 3 meses. Porque estar en París sin haber estado en Trocadero y haber visto la Torre Eiffel no tiene sentido. Es parte de su encanto, del cuento de hadas que pareces vivir cuando estás en esta ciudad.

Sí, probablemente viví en una de las lugares más bellos del mundo aunque en su momento no fuera consciente de ello. Sin embargo, es obvio que los sentimientos que experimentas como turista y la rutina diaria al vivir en una capital de esta envergadura (unos 11 millones de habitantes) no tienen nada que ver…

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4 comentarios

    1. Muchas gracias! Me alegro que te guste ^.^
      La verdad es que no ha sido fácil hacer una selección del que fue mi «pueblo» durante unos cuantos años. 🙂

    1. Muchas gracias! Espero que os sirva! Qué envidia!!! Yo es que tengo muchas ganas de volver… 😀

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