Mi viaje y recomendaciones para viajar a Sevilla
Nueva situación sentimental, nueva rutina, primeros viajes sola… ¡pero también nuevos amigos! ¡Y qué amigos! Os cuento cuáles son los lugares que más me gustaron de Sevilla.
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Qué ver en Sevilla: Mis 5 Imprescindibles
Puede sonar a «típico» pero lo confirmo: ¡Sevilla tiene un color especial!
Estos son los 5 sitios que más me han encantado
La Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla y la Giralda
¡Resulta muy difícil hacer un ranking de los lugares más imprescindibles para conocer Sevilla!
¡La ciudad tiene tanto encanto!
Empiezo la lista con dos de los “pilares” – y nunca mejor dicho – de la ciudad: La Catedral de Sevilla (realmente impresionante e imponente.
¡Creas o no, te haces creyente nada más verla!) y la Giralda, su campanario (un elemento único ya que se trata del antiguo alminar reconvertido en campanario), dos grandes emblemas de la ciudad.
Tengo la espinita de no haber subido a la Giralda para ver la ciudad desde lo alto. ¡Queda para la próxima!
Los Reales Alcázares
Para mí, fueron la gran revelación cuando viajé a Sevilla ya que, en mi opinión, no se publicitan lo suficiente y sin embargo, es una visita de lo más recomendable.
Esos palacios de estilo mudéjar y góticos rodeados de toda una muralla medieval y de preciosos jardines no tienen nada que envidiarle a la mismísima Alhambra.
Plaza de España y el parque María Luisa
La Plaza de España es un lugar espectacular que fue construido para la exposición Iberoamericana de 1929 y que se encuentra en el bonito parque María Luisa.
Cada banco con azulejos están dedicados a las diferentes provincias de España por lo que es un espacio abierto de lo más alegre, colorido y con un aire muy sevillano.
Eso sí, un 0 en geografía gallega, ¡eh! 😛
El barrio de Triana
Cruzando el puente de Triana os encontraréis con este famoso barrio del mismo nombre lleno de casas con la típica arquitectura del Sur – además de azulejos y estatuas de Santos y Santas por todas las esquinas – y muchos negocios que aún conservan sus carteles antiguos de comienzos del s. XX.
Además, de noche, junto a las orillas del río Guadalquivir, hay un montón de locales/pubs de noche con un ambiente totalmente diferente a lo que nos podemos encontrar en el Norte: lugares donde la gente se reúne a bailar sevillanas o incluso – como nos pasó a nosotros – rincones dónde se esconde el flamenco en estado puro.
Torre del Oro y paseo a lo largo del río Guadalquivir
Partiendo del puente de Triana, os recomiendo caminar todo lo largo del Río Guadalquivir por el Paseo Cristobal Colón: os iréis encontrando con el curioso edificio de la Maestranza, la bonita Torre del Oro y finalmente el puente de San Telmo (otro puente más plagado de candados de enamorados).
Una ruta de lo más agradable y refrescante sobre todo si visitáis la ciudad en temporada de mucho calor.
La Basílica de la Macarena
No soy nada religiosa pero confieso que este pequeña basílica tiene un retablo que quita la respiración y se puede entender la devoción que sienten los sevillanos por esta Virgen viendo el poderío que transmite su estatua.
Mi viaje a Sevilla y Córdoba: Diarios de viaje
Aunque encontrarlos no resultó nada fácil, a principios del 2011, aprovechando los días de Reyes, Bea, Mónica, Martín y yo encontramos una muy buen oferta con Logitravel que nos incluía unos vuelos directos con Ryanair Santiago-Sevilla y 4 días en un apartotel. ¡Planazo!
Esta iba a ser mi segunda vez en Andalucía pero estaba igualmente emocionada porque siempre me hablaron muy bien de Sevilla. Creo que fue una buena elección viajar al sur en invierno para nosotros, gallegos, que no estamos muy acostumbrados al calor.
Lo corroboro, aunque suena a estereotipo, Sevilla efectivamente tiene un color especial. Nuestro primer día empezó con un paseo todo el largo del río Guadalquivir. Cruzamos un momento por el puente de Triana para ir a ver los festejos, las carrozas de Reyes, que parecían más un Carnaval por su color y alegría que otra cosa. Seguimos con nuestro paseo a orillas del río pasando junto a la preciosa Torre del Oro, la famosa Plaza de la Maestranza, el Palacio de San Telmo. A continuación nos dirigimos hacia el bonito parque de María Luisa, lleno de encanto y romanticismo para llegar finalmente a la resplandeciente Plaza de España.
Al día siguiente, tras un buen desayuno de churros y porras, nos fuimos al casco antiguo para visitar la Catedral – en la que oficiamos entre risas una boda “secreta” entre Mónica y Martin – y para ver la famosa Giralda, otro de los emblemas de la ciudad. Tras escuchar a la tuna mientras tapeábamos algo, decidimos retirarnos relativamente pronto para así bajar a dar una vuelta de noche, por el barrio de Triana. Resultó curioso ver que en algunos “pubs” sólo se bailaban sevillanas (desgraciadamente ningún de nosotros se atrevió a lanzarse) e, intentando encontrar un lugar que nos recomendaron, acabamos en un bar lleno de gente gitana cantando y bailando flamenco (sin ser el típico tablao para guiris) y la verdad es que fue tremendo poder vivir esa experiencia.
Decidimos, el penúltimo día, coger un autobús y dirigirnos a Córdoba.
Visitamos la famosa Mezquita Catedral que personalmente me sorprendió por su espectacularidad y amplitud. Me llamó la atención la mezcla (en mi opinión, un sacrilegio) de elementos religiosos católicos (y aún por encima barrocos) dentro del conjunto islámico.
Para rematar, el último día, tras unas cuantas horas de compras, al no acompañar el tiempo decidimos visitar los Reales Alcázares y fue todo un acierto. Tras comer como reyes en la Bodega Taberna Rafaé, pasamos la tarde perdiéndonos por las retorcidas y minúsculas callejuelas adoquinadas – con encanto típicamente andaluz – de la Judería.
Estos palacios, bastante desconocidos, llenos de historia (están formados por elementos de épocas muy diversas: Edad Media, Arte mudéjar, Gótico, Renacentista y Barroco) no tienen nada que envidiarles a la famosísima Alhambra. El paseo por sus jardines, tras alimentar a unos cuantos patos, fueron nuestros últimos momentos de relax antes de abandonar la ciudad.
Un puente de 4 días lleno de risas, juergas en una ciudad perfecta para recorrer entre amigos: un poquito de cultura mezclado con una dosis de cachondeo. Aunque el tiempo a ratos no nos acompañó, no importó porque como bien dice el refrán “La lluvia en Sevilla es una maravilla” y con esta compañía de lujo, aún más. 😉
Sevilla me encanta y en Córdoba no he estado todavía… pero le tengo ganas! 😉
Hola intrépida viajera, bonitos relatos sobre estos lugares de Andalucía. Como andaluz y buen conocedor de esta tierra me permito recomendarte algunos lugares que te dejarán, sin duda, con más y más ganas de venir a esta tierra… No te pierdas la cuna del Renacimiento en Úbeda y Baeza en la provincia de Jaén. Ciudades como Ronda o Antequera en la provincia de Málaga. Écija, Osuna, Carmona en la provincia de Sevilla…
Mucho por descubrir… y siempre, como ya habrás experimentado, con la mejor acogida de la gente de esta tierra abierta al mundo.
Un saludo y enhorabuena por el blog.
Muchísimas gracias, Antonio Jesús, por tu bonito mensaje y por leerme! Lo cierto es que me muero de ganas por regresar a Andalucía y conocerla mucho más. ¡Tomo nota de todas tus recomendaciones!
Un saludo!
Sandra