Mi viaje y recomendaciones para viajar a Granada

Sandra Candal

Hasta entonces no había tratado ningún viaje a ciudades españolas porque realmente cuando el libro cayó en mis manos había viajado ya más fuera de España que dentro del país (cosa que sé que es vergonzosa).

Conocía Salamanca (por ser mi mamá de allí), conocía algo Asturias, Cuenca (por las giras con Sardiña) había viajado varias veces a Madrid y Barcelona (a visitar amigos que se habían ido allí en busca de trabajo)…

Sin embargo, nunca había hecho de guiri por España y conocer Granada era algo imprescindible. Mi hermana y yo viajamos por primera vez las dos solas.

Aquí te encontrarás además los lugares que más me gustaron.

Qué ver en Granada: Mis 5 Imprescindibles



 

La Alhambra y el Generalife

¿Cómo no incluir uno de los monumentos más importantes y más visitados de la Península?

Este enorme complejo arquitectónico con diferentes palacios de varias épocas y reinos no puede dejar de ser atractivo para cualquier persona que visite Granada.

Sus paredes recogen decoraciones únicas y sublimes del reino nazarí, del arte andalusí.

La Alhambra se encuentra en la cumbre de la ciudad, reina sobre ella de forma natural y totalmente integrada.

Y no sólo sus edificios nos dejan asombrados sino que los mismísimos jardines, el Partal y el Generalife, dan la sensación de estar en el Edén.

Son como un pequeño paraíso sobre la Tierra.

¡Una visita más que imprescindible que no decepciona!

Albaicín y sus miradores

El barrio del Albaicín es, sin lugar a duda, la parte con más encanto de la ciudad.

Perderse por sus callejones laberínticos blancos, es justo el típico estereotipo que asociamos con Andalucía.

Al igual que ocurre dentro de la mismísima Alhambra, dentro de las casas, los jardines, huertas y los árboles frutales siempre están presentes creando la sensación de pequeños oasis.

El barrio tiene una docena de miradores a cual más chulo.

Entre los más conocidos el de San Cristobal, de San Nicolás, de Carril de la Lona desde los que se puede observar todo el barrio y la impresionante Alhambra tanto de día como de noche.

Paseo de los Tristes (todo lo largo del río Darro) en dirección al Sacromonte

Todo lo del largo del río Darro se encuentra el paseo del Padre Manjón desde el que uno sigue disfrutando de unas panorámicas increíbles, una vez más, de la famosa Alhambra y, además de un montón de puentes y casas de tapeo con encanto.

El pintoresco barrio del Sacromonte es famoso por sus cuevas, en las que los gitanos continúan celebrando todas las noches sus fiestas flamencas de cante y baile.

Teterías al pie de la Alhambra y el arte del tapeo

¿Qué mejor forma de huir del calor que adentrarse en una de las muchísimas teterías con encanto de la ciudad recordando la época morisca?

Otro de los grandes reclamos es la gran variedad y cantidad de tapas en una ciudad universitaria como Granada: buenas y exquisitas raciones al alcance de todos los bolsillos. ¡Así da gusto!

La Catedral de Granada

La Catedral de Granada, obra cumbre del Renacimiento español, y la Capilla Real (donde se encuentran enterrados los Reyes Católicos, su hija Juana la Loca y Felipe el Hermoso), en el centro de la ciudad, son otras de las visitas recomendadas en la ciudad.

Lo cierto es que mi paso por Granada fue muy breve así que estás buscando más recomendaciones sobre qué ver en Granada, échale un vistazo al blog de mis compañeros 365sábadosviajando.

Mi viaje a Granada: Diarios de viaje



Nos hospedamos en el hotel Albero, pegadito a la mismísima Alhambra, pero ¡ya nos perdimos nada más llegar! Hacía un calor abrasador, era a mediodía y nos veíamos en medio de la nada. Tras un telefónico «¡Pónganse a la sombra, por Dios!» el mismísimo dueño del hotel nos vimos a buscar en coche, jajaja. ¡Eso sí que es atención al cliente de primera categoría!

Ese mismo día decidimos introducirnos por las callejuelas del Realejo, situado a los pies de la Alhambra, restos de la ciudad musulmana. Después de unas buenas caminatas decidimos parar a tomarnos un té moruno en uno de las muchas “jaimas” con encanto que había. A la noche cenamos nuestro pescaíto frito y unas berenjenas rebozadas con miel por el Albaicín, barrio de casas blancas típicamente andaluzas, mientras nos rodeaban docenas de gatos esperando propina.

La peor parte fue intentar salir del barrio de noche y es que las callejuelas laberínticas no suelen estar bien iluminadas y aún pasamos algo de miedo… Aún así llegamos de casualidad hasta el pequeño mirador de la Silla del Moro y tuvimos unas preciosas vistas de la ciudad de noche.

A la mañana siguiente, como no, fuimos a visitar el monumento más emblemático de Granada. Realmente es un conjunto espectacular, abrumador. La Alcazaba y la Torre de la Vela, construcciones militares y más austeras, nos muestran la fortaleza del Califato, nos transporta hacia la crudeza de los ataques a los que debieron enfrentar los musulmanes. El palacio de la Alambra, la Puerta de la Justicia, el Cuarto de Comares, la Sala de la Barca, el Patio de los Leones (al que no accedimos por error y por falta de indicaciones) nos muestran exquisitos detalles tanto a nivel arquitectónico como decorativo, el arte islámico en todo su esplendor. El Generalife me enamoró con sus precios jardines y estanques de agua que dan la sensación de estar en un paraíso en la tierra.

El último día tuvimos la brillante idea de ir hasta el Sacromonte (porque venía en todas las guías) y me sé de una que me hubiese matado por arrastrarla hasta allí.

Nos pilló de nuevo el calor del mediodía, estábamos otra vez solas y perdidas – esta vez en medio del monte – en un barrio con unas pintas bastante poco reconfortantes. Llegamos a la Abadía museo que desgraciadamente estaba cerrada y de vuelta para la ciudad vimos numerosas casas-cueva. A la tarde nos despedíamos de la ciudad desde el increíble mirador de San Nicolás con su ambientillo de lo más flamenco.

Mi primer viaje a Andalucía lleno de sol y magia. Belleza por fuera, dolor por dentro (mi vida daba un giro radical al darse por finalizada una relación sentimental de 8 años). Quizás no disfrutará del viaje como era debido pero aún así lo recuerdo con grandísimo cariño ya que fueron muy buenos momentos y muchas risas con mi hermana. Familia y viajes, un gran remedio contra el desamor. 🙂

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1 comentario

  1. Granada es una de mis ciudades preferidas… He ido 4 veces y cada vez me maravilla más… su carrera del Darro, la preciosa Alhambra, las calles del Albaycín… 😉

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