El miedo a la pobreza

ninos-varanasi

Niños en Varanasi

Me he dado cuenta de que, cuando hablo de mis experiencias en la India, Marruecos y Egipto, mucha gente me contesta que son lugares que no les llama en absoluto la atención o incluso me tienen contestado que esos países les «dan respeto»… Me parece llamativo porque creo que histórica- y culturalmente son países extremadamente interesantes para cualquier persona con un mínimo de inquietudes.

Me resulta un tema muy curioso porque, francamente, creo que se trata de un automatismo de defensa (e incluso, me atrevería a decir, ignorancia), porque, lo que realmente pasa, es que nos asusta viajar a un país más pobre. Eso sí, no pasa nada si se trata de un turismo «playero» tipo Cuba o Tailandia ya que allí «no tendremos que ver todas esas desgracias«…

Estamos tan saturados y ya acostumbrados a ver imágenes de penurias en el telediario y en los periódicos que nos hemos vuelto totalmente inmunes, ajenos a todo ello. Todo nos resbala, nada nos afecta. Sólo basta con pasar la página o zapear.

En cambio, sí recordamos muy bien ciertos estereotipos, mantenemos nuestras ideas preconcebidas sin averiguar si son fundadas o noy recordamos titulares sensacionalistas. “¿Has ido a la India? ¡Oh Dios mío, dicen que allí violan a las chicas!», «¿Has ido a Egipto sola? ¡Pero si eso debe estar muy mal visto para los musulmanes!» Sí, es cierto que estas cosas ocurren – no vamos a irnos ahora de irresponsables e inconscientes por la vida – pero también pasan estas cosas en muchos otros lugares y probablemente no nos enteramos ni de la mitad.

Me hace muchísima gracia ver cómo seleccionamos esta información a nuestro antojo porque, en cambio, no nos da tanto miedo viajar a Estados Unidos y muchos soñamos con recorrer la famosa ruta 66 a pesar de que en ese país se hayan producido ya más de 32 000 muertes este año por armas. No pasa nada, Michael Moore rueda películas sobre el tema y estamos al tanto. Que 10 millones de niños menores de 5 años mueran por desnutrición cada año ya no resultan tan comerciales en cambio…

Mucha hipocresía y miedo veo yo en todo esto. No quiero irme ahora de madre Teresa de Calcuta. Todos somos humanos y todos tenemos nuestros fallos. Sé que, desgraciadamente, ya no voy a poder cambiar el mundo pero intento aportar mi granito de arena (a mi manera) aunque sepa que nunca será suficiente. Es lo que tiene sentir compasión por los demás, tener un espíritu solidario e intentar dejar de lado el egoísmo y el individualismo que invade nuestras vidas.

Decidir viajar a un país pobre no es una simple elección: vas a conocer una cultura que seguramente será totalmente diferente a la tuya, pero también tienes que enfrentarte a tus miedos más íntimos, al miedo a lo desconocido. Está claro que el desafío más grande será conocerte a ti mismo. Cuando viajé a la India fui muy consciente de ello y tras varios comentarios tipo “La India: o te encanta o la odias” fui entendiendo por donde iban los tiros. No sabía hasta dónde llegarían mis » límites»: no sabía cómo iba a reaccionar al verme rodeada de pobreza y al carecer de algunas comodidades de nuestra vida cotidiana. Por esa razón busqué una opción intermedia: ni de mochilera, ni de viaje organizado…

calles-marrakech-marruecos

Calles de Marrakech, Marruecos

También hay que tener en cuenta que viajar a esos países también es una forma de colaborar y con ello no me refiero a invadir e imponer tus normas como pretenden los «Turistas» que tanto desprecio. Admiro a la gente mochilera pero a veces he visto que también se trata de una postura un tanto contradictoria porque después de varios meses de vacaciones «hippies» (no sé cómo se financian algunos el viaje y pueden permitirse el lujo de estar tantos meses sin trabajar) muchos vuelven a casa a vivir entre algodones.

Viajé a Egipto justo después de la Revolución que derrotó al presidente Mubarak y vi a la gente realmente preocupada y es que la economía de muchos países depende del turismo. Sí, es cierto que  practico Couchsurfing en el «Primer Mundo» pero cuando viajo a países más pobres su precio es el mío. No creo que sea ningún sacrificio para nadie comprar souvenirs a 50 céntimos, pagar 15 euros por una noche de hotel o pegarse un festín por 3 euros. No me importa tener esos «caprichos» allí, aún más sabiendo que dejo dinero en ese país.

Sí, los conceptos de higiene son diferentes (claro que tampoco hay medios para ello), no son tan fashion como nosotros (con tener una camisa se conforman), tienen el dinero justo para comprar de comer (no para llegar a fin de mes). Su vida es probablemente más dura que la nuestra en muchos aspectos pero ellos lo asumen, intentan mejorar (en ello nosotros podemos ayudar), pero saben que vivir es realmente lo importante.

En estos países – dónde parece que avergüenza viajar –  he conocido gente de gran corazón, agradecida, de palabra y, sobre todo, he visto muchos rostros sonrientes. Nosotros, en cambio, aunque no nos falta de nada (incluso estando en crisis) hemos dejado de sonreír, hemos perdido nuestros valores y cada vez más, veo gente preocupada por memeces.

Creo que es importante vivir una experiencia de este tipo al menos una vez en la vida. Se trata de una realidad como otra cualquiera. No hay por qué cerrar los ojos ante ello, simplemente asumirlo. Después de un viaje así, vuelves interiormente cambiado, valoras más lo que tienes e incluso puede que tengas la necesidad de equilibrar la «balanza» colaborando (si no lo has hecho aún). Como dice mi querido Aristóteles, la felicidad no puede ser más que subjetiva ya que depende de las necesidades de cada uno.

¿Os habéis planteado si realmente sois felices? Quizás toque replantearse cuáles son nuestras necesidades reales…

 

?Quizás también te interese más consejos sobre viajar solo

8 comentarios

  1. Sandra, un post muy interesante y muy de acuerdo contigo. Lo importante es intentar compartir, ellos nos dan la oportunidad de tener una experiencia y nosotros de darle una fuente de ingresos (aunque haya muchas más oportunidades de ayudar, viajes solidarios, etc.)

  2. Toda la razón te doy, me ha gustado el comentario de los falsos hippies, alguno de esos hemos conocido viajando juntas, jeje
    Las fotos muy bien escogidas, por cierto, la primera me parece una pasada!
    Felicidades y a seguir viajando y escribiendo!
    Un saludo 😉

  3. Muy de acuerdo con el tema de la pobreza, parece que diera miedo conocer de cerca esa realidad. Somos realmente privilegiados al tener las posibilidades de salir de nuestras casas y recorrer el mundo, y nos chocamos ante vidas diferentes, con gente de gran corazón pero que no nació en esos mismos privilegios. El respeto es fundamental para acercarse y convivir, y creo tmb que la solidaridad es imprescindible. Cuando estaba de viaje me hervía de ver europeos y australianos regatear para pagar una décima parte del precio dado por una remera, y si bien son culturas que valoran el regateo, terminaban pagando algo que quizás no le dejaba ninguna ganancia al vendedor local. Los turistas se sentían orgullosos por comprar tres pantalones por un dólar y estafados si no les querían vender a precios tan bajos. Creo que hay mucho para reflexionar sobre esto, no sólo de aquellas personas que opinan sin tener ninguna experiencia viajando, sino que también, a los viajeros nos falta mucho por aprender para realmente valorar un lugar, una cultura y la gente de un país que se visita…

    1. Hola Camila, muchísimas gracias por tu comentario. Estamos totalmente de acuerdo. Has captado perfectamente la esencia de lo que quería transmitir. Gracias por seguirme!

Deja una respuesta