Guía y recomendaciones para viajar a Pompeya
En 79 d.C. el volcán Vesuvio, junto a Nápoles entró en erupcion.
En unas horas, sepultó todo alrededor bajo sus cenizas «congelando» las ciudades de Pompeya y Herculano.
Visitar esta ciudad resulta impactante porque es como si, de repente, el tiempo se hubiese detenido en ella.
Cómo llegar a Pompeya
Pompeya se encuentra junto a Nápoles.
Se puede llegar a ella tanto en tren como en bus pero tendrás que tener en cuenta que es una ciudad enorme y que te llevará entre cinco y seis horas visitarlos todo ya que las ruinas se extienden sobre unas 45 hectáreas.
En las dos ocasiones que visite estos restos arqueológicos, lo he hecho con guía y desde luego, lo recomiendo encarecidamente porque la ciudad esconde miles de secretos. es muy probable que te pierdas mucha información, que te pierdas cosas interesantes si haces esta visita por tu cuenta.
En la página oficial podrás consultar horarios de apertura y precios de las entradas.
Qué ver en Pompeya: Mis Imprescindibles
Los frescos de Pompeya
Si por algo es famosa Pompeya es por sus frescos.
Al ser la ciudad enterrada bajo las cenizas, es llamativo ver qué bien se han conservado algunas casas.
Puedes deambular perfectamente por ellas pero, en muchas de ellas, la belleza de sus frescos te dejará boquiabierto.
Los más bonitos se encuentran en la Villa de los Misterios, la Casa de Octavius Quartio (Loreius Tiburtinus Domus), la Casa de la Venus de la Concha y en el Lupanar.
El Antiguo Foro de Pompeya
Al igual que en Roma, esta gran plaza era el centro neurálgico de la ciudad.
Allí estaban los principales monumentos, templos y los edificios de la administración.
Hoy, en ese enorme espacio abierto apenas quedan unas pocas columnas.
Allí se encontraba el Templo de Júpiter, el mercado principal (Macellum) y el templo de Apolo.
A lo lejos sigue asomando el volcán Vesuvio.
Junto al Foro se encuentra también un pequeño almacén dónde se exponen muchos de los restos encontrados (Orto Dei Fuggiaschi).
Resulta un lugar de lo más impactante ya que podemos ver, además de objetos, esculturas de los cadáveres encontrados.
El Lupanar
Es uno de los lugares más visitados de la ciudad y es que resulta muy llamativo para muchos de nosotros.
Se trata del antiguo prostíbulo de la ciudad.
Las «lupas» (lobas) solaban aullar por las noches para indicarle a los hombres (muchos de ellos mercaderes extranjeros) dónde se encontraban.
Además por el suelo de la ciudad podrás encontrar pequeños penes esculpidos que indica cómo llegar hasta él.
El edificio que fue reconstruido es relativamente pequeño y lo más llamativo es que encima de cada una de las puertas que conducían a los diferentes cuartos, se encontraban las ilustraciones de lo que allí ocurriría.
Dentro de los diminutos cuartos podemos ver que las camas eran de piedra sobre las que se colocaba el colchón.
Las Termas
Al norte del Foro se encuentran las Termas de Estabia, unos baños públicos de la época.
Aunque durante mi primera visita en 1995 sólo se podían ver sus mosaicos, hoy el edificio ha sido reconstruido y es realmente impresionante por sus dimensiones.
El edificio tiene varias estancias (vestuarios, sala de agua fría, templada y caliente) y conserva en algunas habitaciones impresionantes bajorrelieves de estuco.
La Casa del Fauno
Es una de las más grandes casas de Pompeya (3000 m2).
Lleva ese nombre porque se encontró una pequeña estatua de un fauno en su patio central.
Se conservan casi todas las columnatas del peristilo y en su pavimento destaca un hermoso mosaico que representa la batalla de Issos con Alejandro Magno.
Los teatros grande y pequeño
El teatro grande tenía una capacidad para 5000 personas.
El teatro pequeño es el que mejor se conserva.
El Anfiteatro de Pompeya
Es el más antiguo anfiteatro romano que se conserva porque fue de los primeros hecho en piedra en vez de madera.
Las Casas de los Vettii
Si no has tenido suficiente con los frescos, también te puedes acercar a las Casas de los Vettiis que eran algunas de las viviendas más lujosas de la ciudad.
Puerta de la Marina y la Puerta del Anfiteatro
Son las entradas principales a la ciudad.
Aunque cueste creerlo, Pompeya estaba a las orillas del mar de ahí el nombre de la Puerta de la Marina.
El Vesuvio y Herculano
Si te ha gustado la historia del lugar y te quedaste con ganas de más, también te puedes acercar al volcán asesino y/o visitar la ciudad de Herculano aunque está era mucho más pequeña y menos importante que Pompeya.
Mis viajes a Pompeya: Diarios de viaje
Cuando era niña, mi madre me solía dejar a veces por las tardes con una vecina encantadora, Madame Robin. Aquella señora me fascinaba porque era una persona extremadamente culta y que sabía alimentar sin cesar mi sed por aprender. Me hablaba de sus viajes, me daba clases de historia, me prestaba libros… Aún recuerdo el momento en el que me habló de la trágica historia de Pompeya, de aquella erupción del volcán Vesubio que había enterrado vivo a todo un pueblo en el año 79 d.C. A partir de aquel momento empecé a soñar con aquel lugar y por suerte, siendo yo tan jovencita (15 años), se me ofrecía la oportunidad de ir allí… A día de hoy creo que es uno de los sitios que más recomiendo a toda la gente que me pregunta dónde viajar. Realmente es un lugar sobrecogedor, con una energía muy especial e increíble para los amantes de la historia.
En 2008 tuve la suerte de regresa a la ciudad y me volvió a impactar esta visita ya que ¡veía otro tercio más de la ciudad! Las excavaciones en 14 años habían avanzado: las calles parecían ahora infinitas, muchísimos objetos pequeños habían sido encontrados, ordenados y categorizados, las termas habían sido reconstruidas (durante la primera visita sólo había visto los mosaicos del suelo), se había desenterrado el antiguo prostíbulo, se habían replantando plantas de vid que se habían salvado…
Si eres un amante de la historia, está claro que Pompeya está a la mismísima altura que otros lugares como Roma, Atenas, Éfeso o Persépolis.
