Mi viaje y recomendaciones para viajar a Cusco

Sandra Candal

Mi visita a Cusco me aportaría mucho más de lo que podía imaginarme… Aquí van mis diarios de viaje y la lista de mis lugares preferidos.

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Terracita muy molona (cerca de la Plaza San Blas) que descubrí gracias a mi Couchsurfer

Qué ver en Cusco: Mis Imprescindibles



Sacsayhuamán

¡Para mí, la gran sorpresa de Cusco!

Nunca había oído hablar de estas ruinas y, a pesar de haber visitado Machu Picchu, me dejaron igualmente anodada.

Esta fortaleza ceremonial se encuentra a 2 km a las afueras de Cusco por lo que tendrás que tomar un autobús hasta allí (basta con preguntar) o un taxi.

Esta ciudad se empezó a construir en el s. XV y muestra el gran poder del pueblo inca en aquella época.

Los muros están hechos de grandes y pesados bloques de piedra que, al igual que en Machu Picchu, encajan milagrosamente a la perfección.

Aún se conservan puertas, restos de cisternas e incluso un enorme templo con gradas. ¡Alucinante!

El centro histórico de Cusco

El centro de Cusco, al igual que Santiago de Compostela, se recorre con extrema facilidad y está hecho para perderse en él.

Esconde un montón de secretos y rincones que sólo se pueden saborear con tranquilidad.

El enorme patrimonio históricos de sus calles y adoquinado le proporciona un encanto sin igual tanto de día como de noche.

Cusco posee una hermosa Plaza de Armas, Patrimonio de la Humanidad, que fue ya un centro neurálgico durante el imperio inca.

En el centro una fuente con Pachacútec está ahí para recordárnoslo a pesar de acento fuertemente colonial.

En esta plaza se encuentran la iglesia de la Compañía de Jesús y la Catedral de Cusco de una gran belleza.

No muy lejos de allí también se encuentra la Iglesia de Santo Blas, uno de los templos más antiguos de la ciudad.

Otro de los edificios más destacados es la impresionante Basílica menor de la Merced.

Otro de los lugares que no podéis perderos es la curiosa calle Hatun Rumiyoc dónde se han reutilizado la base de antiguas construcciones incas.

Una de las más especiales es la Piedra de los 12 ángulos debido a su extrema complejidad.

El Museo Coricancha y la Iglesia de Santo Domingo

Poco queda desgraciadamente de las ruinas incas de Coricancha.

Se cree que allí se encontraba el templo político y religioso más importante de Cusco.

Tras el saqueo de los conquistadores y varios terremotos hoy apenas nos podemos hacer una vaga idea del lugar.

En su interior se ha montado un pequeño museo para entender la importancia de aquel emplazamiento.

Pegado al museo se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, del s. XVII.

El Monumento de Pachacútec

Pachacútec fue uno de los gobernantes más importantes del imperio inca.

En la torre del monumento podemos ver una exposición extensa sobre el tema además de unas increíbles vistas de 360 grados sobre toda la ciudad de Cusco.

El Mercado Central de San Pedro y el Mercado artesanal

Los mercados son un lugar perfecto para relajarse aunque ojo con los carteristas en el Mercado Central de San Pedro que visitan cada día más turistas.

Si buscáis souvenirs auténticos, os recomiendo ir hasta el Mercado artesanal de Cusco que se encuentra en la Avenida Sol dónde encontraré regalos perfectos a un precio mucho más justo que en el centro de la ciudad.

Excursiones desde Cusco



Aquí puedes leer mi experiencia visitando Machu Picchu.

Aquí puedes leer mi experiencia visitando el Valle de los Incas.

Aquí puedes leer mi experiencia visitando las Salineras de Maras y Moray.

Mi viaje a Cusco: Diarios de viaje



El primer día que aterricé allí, mientras esperaba que llegase la hora para mi horroroso tour por el Valle Sagrado, a pesar de disponer de mucho tiempo tendría tiempo para pasear de buena hora por su mercado. Lo cierto es que siempre me encanta visitar los mercados, como ya pudisteis leer numerosas veces. Si el de Arequipa ya me había encantado, el de Cusco también me pareció muy interesante ya que una vez más hay que recordar que Perú es un país enorme y, por lo tanto, los productos de un mercado a otro cambian de forma significativa. Aquella mañana aprovechaba para desayunar en su interior, un lugar que aún mantiene muchísima autenticidad.

Tras mi regreso del Valle Sagrado y mi breve parada en las salineras de Maras y Moray, empecé recorriendo el centro de Cusco. Con el bono turístico que me habían vendido durante el tour podría visitar varios museos de la ciudad así que decidí sacarle el mayor provecho posible. Mi primera parada sería en el antiguo templo del Sol y hoy en día museo de Coricancha pegado al Convento de Santo Domingo. En en el museo de Coricancha, pequeño pero bastante entretenido, encontramos una completa exposición sobre la vida y costumbres de los incas. A continuación, me dejaría perderme por sus calles empedradas y es que Cusco se presta para ello. Tiene infinidad de rincones encantadores. Por momentos me recordaba mi querida Santiago. Descubría que incluso de noches es una ciudad realmente acogedora. La iluminación y el ambiente de sus calles por las noches enamora.
Como imprescindibles, no podemos dejar de incluir su catedral, su plaza de armas pero luego tiene infinidad de casas con balcones preciosos, iglesias, conventos…

Mi hostal se encontraba cerquita del monumento de Pachacútec, todo un emblema en Perú. Aproveché para visitar este monumento dedicado a su vida y obra que se extiende sobre varias plantas hasta alcanzar en la cima una enorme estatua que parece proteger Cusco. Las vistas que se pueden contemplar desde allí son interesantes. A un paso de allí tendría la suerte de encontrarme con el mercado de artesanía, el lugar perfecto en el que comprar cualquier tipo de souvenirs. 😉

Mi segundo día en Cusco, con un calor abrasador y aún con mal estar por mi infección cutánea, me iba a visita por la mañana al recinto arqueológico de Sacsayhuamán que se encuentra a las afueras. Tardaría unos veinte minutos en llegar en colectivo y la verdad es que no me defraudo. Sacsayhuamán, una visita que se saltan la mayoría de los turistas, no deja de ser otra gran muestra una vez más de lo que los incas eran capaces de hacer. Además desde la colina en la que se encuentra se puede divisar todo el actual Cusco. ¡Impresionante! Tenéis varios recorridos de una hora y media a tres horas si queréis pararos más. Las enormes paredes y piedras que aún se mantienen en pie no tienen nada que envidiarle al mismísimo Machu Picchu. Una vez más, por desgracia, no existen paneles informativos ni trípticos por lo que si os apetece saber todos los secretos de Sacsayhuamán es recomendable contratar a un guía.

Antes de acabar mi visita a Cusco, la última tarde la pasaría con dos chicos peruanos que conocería uno en Machu Picchu y el segundo a través de Couchsurfing. Antes de abandonar Perú, durante mi última tarde allí, recibiría una clase magistral de música actual peruana muy interesante (ilustrada con vídeos de Youtube).

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