Guía y recomendaciones para viajar a Lisboa

Sandra Candal

Lisboa es una ciudad preciosa a la que nunca me canso de ir. Ya la he visitado en 4 ocasiones y la última vez, en verano 2021, me pasé 2 semanas allí gracias a un Intercambio de Casa.

A continuación, trataré de recopilar todos mis visitas y consejos para que puedas planificar tu viaje de 3, 4, 5 o 7 días en Lisboa.

El Alfama y el Castillo de San Jorge de Lisboa



El barrio más antiguo y con más encanto de la ciudad.

Desde el Castillo de San Jorge tendréis algunas de las vistas más bonitas a la ciudad. El castillo tiene una entrada de pago, pero en mi opinión, merece la pena. También hay un pequeño museo en el interior y podréis veros rodeados de bonitos pavos reales.

Desde lo alto, veréis todas las casitas, blancas o con sus azulejos tan típicos, y la notoria pendiente de toda la ciudad sobre el río Tajo. En dos palabras: ¡im-presionante! 😉

Vistas desde el Castillo de San Jorge
Vistas desde el Castillo de San Jorge
Mirador Santa Lucía
Mirador Santa Lucía

La Baixa y el elevador de Santa Justa



El terremoto que tuvo lugar en la ciudad en 1755 marcó un antes y después en la historia de Lisboa.

Hoy en día los barrios de A Baixa y el Chiado, son zonas comerciales de calles geométricas de lo más animadas.

En la baixa, además de la Praza do Rossio y la Praza da Figueira, no dejes de pasear por las calles Rúa da Prata o sus paralelas que conducen a la emblemática Praça do Comércio, frente al Atlántico.

Paseando por estas calles podrás ver el elevador de Santa Justa, de 45 metros de altura y con una estructura de lo más original, os permitirá tener una bonita panorámica sobre esa zona de la ciudad.

El Barrio de A Baixa (Praça da Figueira)

Chiado y Bairro alto

Estos barrios están llenos de callejuelas adoquinadas, casi todas en pendiente. La zona de más movimiento durante la noche lisboeta.

Perfecto para buscar algún lugar para cenar y escuchar unos fados más alejados de los lugares más turísticos de la Alfama y la Baixa.

Belém

El barrio de Belém está algo más alejado del centro de Lisboa. Está a 30 minutos en coche o a 40-50 minutos en metro o bus.

El monasterio de los Jerónimos

Aparte de su gran tamaño, el estilo manuelino de este edificio me llamó bastante la atención (mezcla de estilos: gótico portugués mezclado con toques mudéjares y elementos renacentistas).

El interior es espectacular y ¡aún más sabiendo que fue uno de los pocos edificios que sobrevivió al terremoto de 1755!

La Torre de Belém y el Monumento a los Descubrimientos

Lo incluyo también en mi lista por considerar que vuelve a tratarse de un monumento de lo más singular, de estilo manuelino como el Monasterio de los Jerónimos.

Muy cerca, nos encontramos con el llamativo Monumento a los Descubrimientos, dedicado como su nombre indica a todos aquellos navegantes portugueses que partieron desde el puerto de Lisboa.

Torre de Belém
Torre de Belém
Monumento a los Descubrimientos

Los Pastéis de Belém

¡Nadie puede resistir a unos ricos pastéis de nata estando en Lisboa! Estas riquísimas tartaletas con una muy fina y crujiente base de hojaldre están rellenas de una suave y untuosa crema. Se dice que son originalmente de Belém y allí se encuentra una tienda-cafetería (que siempre tiene cola) en la que podrás comprar estas pequeña delicias. Tras la cata, os diré que son exquisitas, mucho más equilibradas que otras natas que probé, así que todo depende de vuestros antojos y si os apetece esperar para llevaros una caja.

El Parque de las Naciones



El Parque de las Naciones se construyó originalmente para la Exposición Universal de 1998. Hoy en día, se ha tratado sacarle provecho a muchos de los edificios para la ocasión, se han construido muchos otros y se ha convertido en un barrio moderno y lleno de vida.

Nada más llegar, os llamará la atención la moderna estación de metro y autobús que está conectada con el enorme centro comercial de Vasco de Gama (¡Perfecto para un momento Chopin).

En el Parque, algunos edificios se han convertido hoy en pabellones de deporte y culturales, otros se han conservado por su valor arquitectónico y otros muchos se han convertido hoy en locales donde puedes parar a comer o a tomar algo.

También nos encontraremos con un teleférico que sobrevuela toda la zona, un largo carril bici y paseo peatonal que va todo lo largo del Atlántico y el Oceanario de Lisboa.

Parque de las Naciones

Museos de Lisboa



En el libro 1000 sitios que ver antes de morir, se mencionan tres primeros museos de mi lista, pero Lisboa tiene muchos otros museos interesantes.

Museo Berardo

El Museo Berardo es toda una referencia internacional en arte contemporáneoSu enorme y llamativo edificio moderno se encuentra cerca de la Torre de Belém.

Recoge unas 1000 obras contemporáneas del siglo XX y XXI (dónde destacan algún Picasso, Dalí, Duchamp, Warhol y Bacon).

Personalmente lo que más me gustó fue una interesante galería de anuncios publicitarios (desde 1900).

Un museo interesante y muy ameno aunque no seáis muy fans del arte “modernoso”.

Museo Berardo (Belém, Lisboa)
Museo Berardo (Belém, Lisboa)

Museu do Design e da Moda (MuDe)

El MuDe (Museu do Design e da Moda) se encuentra en pleno centro, en la Baixa, a unos pasos de Praça do Comercio.

Esta visita también resultó interesantísima. No sólo porque la exposición realmente está muy bien planteada sino porque además resulta muy divertido ver cómo hemos evolucionado en cuanto a diseños se refiere (sobre todo viendo algunas extravagancias de los años 60-70, jajaja).

Otra de las cosas que más me impactó de este museo fue la parte dedicada a la moda dónde se exponen varios modelos de alta costura. ¡Verlos en vivo es una auténtica pasada!¡Es cuando realmente te das cuenta de que son auténticas obras de arte! (nada que ver con lo que puedes apreciar en la tele o en las revistas).

Cabe destacar que el edificio en el que se encuentra el MuDe es la antigua sucursal del Banco Nacional Ultramarino por lo que es un lugar espacioso y a la vez intrigante ya que fue desvalijado y lo han dejado tal cual (Parece estar en ruinas).

Museo Calouste Gulbenkian

EMuseo Calouste Gulbenkian me pareció una auténtica joya. Me llevé una grata sorpresa (¡Gracias, Patricia!).

La colección es pequeña pero las antigüedades islámicas, de Extremo Oriente, las pinturas del siglo XV, XVI e XVII, las esculturas del XVIII además de la excepcional colección de joyas del modernista René Lalique me cautivaron definitivamente.

Museos de Lisboa
Museos de Lisboa Portugal

Casa Pessoa

Si eres fan de este autor portugués, no te puedes perder su Casa-Museo. Está alejada del centro y de todas las demás de las atracciones turística (en barrio de Campo de Ourique, cerca del Jardim da Estrela), pero personalmente si te gusta mucho Fernando Pessoa, es una visita imprescindible para entender mejor su vida y su obra.

La ruta Fernando Pessoa

Si no tienes tiempo para desplazarte hasta la Casa Museo, te invito a hacer un tour o simplemente visitar los siguientes lugares en Lisboa relacionados con él.

  • O Largo de Sao Carlos: ahí pasó su infancia el joven Pessoa y es que nació en una casa que hoy se encuentra frente al Teatro. Allí nos encontraremos una estatua dedicada a él, con un libro como cabeza.
  • La Basílica de los Mártires: En pleno Chiado, hoy en día, ahí fue bautizado el escritor.
  • A Brasileira do Chiado: en la puerta de esta cafetería te encontrarás con su estatua sentada en una mesa y es que este era uno de sus locales preferidos para inspirarse en pleno Chiado.
  • Rúa dos Douradores y su antigua casa: Esta estrecha calle de A Baixa sale numerosas veces citada en su obra y es que residió en el 192.
  • El Restaurante Martinho das Arcadas: este local inaugurado en 1792 y que se encuentra en unas arcadas de la Praça do Comércio era uno de sus lugares preferidos para comer. En el interior puedes ver aún cuál era su mesa.
  • Hospital São Luís dos Franceses: Fernando Pessoa fallece en 1935 de tuberculosis en este hospital del barrio alto.
  • El Monasterio de los Jerónimos: Allí se encuentra enterrado.
Guía de Lisboa
Ruta de Pessoa

Museu Nacional da Arte Antiga

Si dispones de más tiempo para visitar Lisboa, no dejes de incluir este museo también en tu lista. En esta última ocasión, me ha sorprendido la calidad de las obras que posee este museo ubicado en Cais do Sobré

Museo Nacional da Arte Antiga
Museo Nacional da Arte Antiga

Feira da Ladra (mercadillo de Santa Clara) 



Se trata de un mercadillo de segunda mano al aire libre. Se encuentra cerca de la Estación de tren de Santa Apolonia, al lado del Panteón Real.

Muy vintage y divertido, aunque en unos años, se ha vuelto mucho más popular entre turistas hippsters

Mercado de Santa Clara

Martim Moniz y el arte urbano de la ciudad



En ese barrio de Lisboa os encontraréis con inmigrantes de todas las razas y religiones. Os toparéis desde tiendas bengalíes hasta restaurantes chinos.

El Mercado Fusao, como su nombre indica, es una oda a «Imagine».

Aunque asociamos Lisboa con sus calles adoquinadas, también es una capital muy alternativas donde os encontraréis numerosos muros que el ayuntamiento le ha «prestado» a los grafiteros de la ciudad.

Si te interesa el tema, en las cinco plantas del párking del Elevador do Castelo tienes una exposición dedicada a grandes nombres del graffiti portugués.

LX Factory



En estos años, Lisboa no sólo es «saudade» y una estampada de postal sino, como has podido ver entre mis últimas recomendaciones (Feira da Ladra y el barrio de Martim Moniz), es una capital multicultural y muy alternativa.

Prueba de ello es LX Factory que se encuentra junto a la parada de Estación de Santo Amaro. Esta antigua zona industrial ha sido reconvertida en un mercado para artistas y artesanos, en tiendas y librerías de estilo industrial y hay una gran cantidad de cafeterías y restaurantes de comida internacional en las que relajarse en un ambiente de lo más underground y cool.

LX Factory en Lisboa
LX Factory en Lisboa

Cristo Rey



¿Te apetece cruzar el Atlántico sin apenas salirte de Lisboa? Toma un ferry desde Cais do Sobré en dirección al pueblo pesquero de Cacilhas, que se encuentra justo enfrente de la capital. Allí podrás encontrar un ambiente mucho más relajado que en el centro con restaurantes y terrazas.

De Cacilhas hasta el Santuario de Cristo Rei son 40 minutos andando. Se puede tomar también un bus (aunque tiene poquísima frecuencia) o ir en taxi (10 minutos en coche).

Este enorme Cristo de 28 metros de altura, construido en 1936 y que ride homenaje al Cristo Redentor de Brasil, se encuentra a 113 metros sobre el río Tajo por lo que las vistas a Lisboa y al Puente 25 de abril son imponentes.

El puente colgante de acero del 25 de Abril es totalmente icónico. Su color rojo nos recuerda el Golden Gate de San Francisco.

Para regresar a Lisboa, si no quieres deshacer el camino, en el barrio de Pargal, pegado al Cristo, pasan buses que cruzan el puente para regresar a la capital portuguesa.

Vistas desde el Cristo Rey en Lisboa
Vistas desde el Cristo Rey en Lisboa
Vistas desde el Cristo Rey al Puente 25 de Abril
Vistas desde el Cristo Rey al Puente 25 de Abril

Comó moverse por Lisboa



Los tranvías

Sin lugar, a duda, el medio preferido de los turísticas son los viejos tranvías. En mi opinión, le proporcionan un aire bucólico a la ciudad. Eso sí, están cada vez más abarrotados, pero ¡os ayudarán a subir unas cuantas cuestas, cosa que se agradece!

Los patinetes y las bicicletas eléctricas

¡Sí, estás leyendo bien! Los patinetes y las bicicletas públicas se han convertido en el nuevo medio de transporte preferido tanto de los lisboetas como de los turísticas.

En el caso de las bicis, la ciudad tiene carril-bici por la gran mayoría de sus calles principales.

En cuánto a los patinetes (y los turistas), sobre el adoquinado irregular de las aceras, ¡me parecen un auténtico peligro! ¡Allá vosotros!

Los buses y el metro

Son otra forma cómoda y práctica de moverse por la capital sobre todo si deseas ir a Cais do Sobré a tomar algún ferry o a Belém, por ejemplo.

Las estaciones de tren de Lisboa

La capital portuguesa tiene varias estaciones de tren. La más famosa es evidentemnte la de Rossio, que está en plena Baixa, y posee una bonita fachada de estilo manuelino. Desde ella parten los trenes a Sintra.

Sin embargo, si vas a desplazarte a Évora o a Óbidos (los trenes salen de las estaciones de Sete Río o Santa Apolonia) o cualquier otra ciudad portuguesa (para ir a Oporto, sólo salen desde Santa Apolonia), recuerda preguntar desde qué estación puedes salir.

Dónde comer en Lisboa



Aún he vuelto no hace mucho a Portugal y no entiendo porque su gastronomía no es más conocida.

Aparte de ser los reyes del bacalao (y es que no sé cuántas recetas tendrán para prepararlo), en general, saben cocinar muy bien todos los productos del mar.

Además es un pequeño paraíso para los golosos ya que hay una gran variedad de dulces en cualquier pastelería y, al igual que los italianos, saben apreciar el buen café expreso.

Es un lugar perfecto para engordar unos quilitos, jejeje.

¿Dónde comer? Sólo diré que en los últimos años, Lisboa, se ha vuelto extremadamente turística y cada vez más cosmopolitana, por lo que en este caso, es complicadísimo recomendar un lugar dónde comer. Lo ideal, como en cualquier lugar, es tratar de alejarse de los barrios más turísticos, y tirar de recomendaciones por Internet para acertar.

Excursiones desde Lisboa



Si quieres conocer más lugares a las afueras de Lisboa, te recomiendo las siguientes excursiones de un día.

Sintra

Si viajáis a Lisboa con tiempo, no dudéis en dedicarle tiempo también a Sintra.

A tan sola media hora de la ciudad os encontraréis lugares a visitar para todos los gustos: el Palacio Nacional (ejemplo de arquitectura orgánica), el Palacio dos Mouros (un castillo medieval) y mi preferido, el Palacio de Pena, antigua residencia de los reyes de Portugal, que simplemente parece sacado de un cuento de hadas, entre muchísimas cosas más.

Estoril y Cabo da Roca

A 25 quilómetro de Lisboa se encuentra el municipio costero de Cascais.

Estoril es conocida por su casino, sus campeonatos de motociclismo y Fórmula 1, sus campos de golf y por infinidad de playas que la unen a Cascais.

Évora

Aquí podrás encontrar todo una guía y recomendaciones si te interesa visitar esta curiosa ciudad portuguesa, que se encuentra en el interior a tan sólo una hora de Lisboa.

Óbidos

Aquí podrás encontrar todo una guía y recomendaciones si te interesa visitar esta ciudad universitaria, que se encuentra a medio camino entre Lisboa y Oporto.

Mi primer viaje a Lisboa: Diarios de viaje



Este viaje a Portugal fue desde luego algo muy especial. Apenas tenía 21 años cuando visité Lisboa por primera vez.

“Confieso que viví” como decía Pablo Neruda. Creo que las mentirijillas que le cuentas a tus padres prescriben a las 10 años así que me voy a lanzar…

Cuando tenía 15 años, mi familia y yo abandonábamos París y finalmente retornamos a España. Nos instalamos concretamente en A Coruña. Unos años más tarde empezaría la universidad. Con 19 añitos, al perder mi beca durante el segundo año de la carrera, tocó empezar a trabajar. En el verano de 2001, al desenvolverme en inglés, francés, castellano y un poquito de alemán, me fue a la costa alicantina, a un pueblecito llamado Mil Palmeras, a trabajar de camarera durante el verano. Fue una bonita experiencia pero el trabajo era realmente agotador y, tras 2 meses, lo único que quería era coger unos días de vacaciones… Tenía pensado marchar unos días a Portugal aprovechando que un amigo iba a visitar a su madre a Lisboa. Sin embargo, a veces, los planes están para cambiarlos… Durante los dos meses en Mil Palmeras, un atractivo madurito se sentaba noche tras noche detrás de la barra. Era un hombre solitario pero de lo más cortés. Se llamaba Kenneth y era sueco. Llegaba, se pedía su copita de Glennfidich, me daba un poco de conversación y marchaba nada más acabar. Así, noche tras noche… La última noche, cuando me despedía de todos, a la hora de siempre apareció Ken. Como mi labor de camarera había terminado, nos fuimos a festejarlo y aquella misma noche empezó el romance. A la mañana siguiente en el aeropuerto, aún bajo shock por lo ocurrido, me preguntó si podía acompañarme a Lisboa… y no fui capaz de negarme.

Durante el camino, recuerdo estar en el coche al borde del ataque de nervios con mi amigo Amaro que trataba de tranquilizarme. Él iba a estar en la ciudad durante mi estancia así que si tenía cualquier tipo de problema, podía contar con él. Por fin llegué al hotel Internacional, un modesto hotel de dos estrellas en pleno centro, (barrio de Rossio) y allí estaba esperándome mi Richard Gere sueco. El tiempo acompañaba así que una de nuestras primeras visitas fue subirnos al elevador de Santa Justa para admirar las vistas de la ciudad al atardecer. A día de hoy, confieso que sigo enamorada de Lisboa. El castillo de San Jorge (Castelo dos Mouros) sobre la colina más elevada con vista al estuario del Tajo, sus tranvías retro, el toque pueblerino del Alfama, el olor a café intenso… Todo transmite calidez, romanticismo: un encanto sin igual.

Mi Romeo me llevó a un restaurante de fados. Personalmente creo que es un caprichito que merece la pena. Suele ser para turistas pero nosotros, por suerte, acabamos en el Clube do Fado y la actuación me emocionó tanto que casi no era capaz de cenar.

Tras unos días totalmente embaucados por la magia de Lisboa, alquilamos un coche y decidimos recorrernos la famosa costa de Estoril. Nos dirigíamos sin rumbo, simplemente persiguiendo al sol. Acabamos perdiéndonos por Cascais y acabamos en el Estalagem Albatroz, una antigua casa colonial frente al mar. Arrancamos al día siguiente hacia Cabo da Roca, el punto más occidental de toda Euroasia para disfrutar de un paisaje – bastante familiar para mí – con una naturaleza salvaje y acantilados fuertemente golpeados por el Atlántico.El último día visitamos el increíble Palacio da Pena en Sintra. Este castillo de cuento de hadas, de colores vivos, aprisionado por el bosque, parece de otro mundo. Recuerdo que la antigua residencia de los reyes de Portugal no sólo me dejó sobrecogida por su suntuosidad y romanticismo sino porque, además, retumbaba música clásica en el edificio. Viajabas al pasado.

Creo que es difícil de superar un viaje tan romántico como aquel. He vuelto a Lisboa, años después, y sigue siendo una capital que me emociona e incluso creo que sería uno de estos lugares, si mañana dejase de apetecerme viajar, en los que estaría dispuesta a instalarme…

Por algo será que existe un refrán portugués que dice: “Quem não viu Lisboa não viu coisa boa”. 🙂

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2 comentarios

  1. Qué bonita Lisboa, estuve dos veces, la 1ª con el cole (viaje de fin de curso de 3º de BUP) y la 2ª en el 2000, una escapada estando en el Algarve. De la 1ª recuerdo la subida al castillo, un espectáculo de fado, la Torre de Belem y un drama portuario una noche en las ventanas de enfrente de nuestro hotel (más bien pensión), y de la segunda un hotel con vistas maravillosas y una salmonelosis de caballo. Así que seguro que son los reyes del pescado pero en nuestro caso la cagaron bien (ehem… la cagamos nosotros, p’hablar con propiedad). Aún así guardo un buen recuerdo y me gustaría volver… aunque fuera sólo para tomarme un café y un pastelito de los de la foto, que me encantaron!

    1. A mí Portugal, personalmente me gusta mucho. Creo que es un gran desconocido (al igual que Bélgica). Y con todo lo que llevo viajado… la verdad es que Lisboa es un lugar en el que no me importaría vivir 🙂
      Un abrazo, Patrizia!

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